Jannik Sinner es el tenista del momento, capturando dos títulos de Grand Slam; sin embargo, en marzo dio positivo dos veces por la sustancia prohibida Clostebol. La International Tennis Integrity Agency (ITIA) dio su veredicto: el italiano no tuvo la intención de doparse, dándole luz verde para continuar jugando en el circuito. Ganó el US Open y creó más reclamos de sus “amigos”, quienes clamaban una suspensión.

Pero apareció otra agencia: la WADA, un poco más conocida. Es la World Anti Doping Agency. Se hizo notar hace un par de días, decidiendo revisar el caso, argumentando que el italiano debe ser suspendido de uno a dos años.

Este tema suena a persecución. Ha sido tocado por varios tenistas y extenistas, los cuales han pedido que a Jannik se le castigue, al igual que a otros y otras jugadoras que han dado positivo. Sinner no pudo parar las continuas quejas de varios críticos, quienes no han podido soportar que existe un nuevo Sheriff en el pueblo y no sea penalizado como otros.

Quiero agregar que varios de los tenistas más conocidos y con muchísimos títulos han sido cuestionados por ingerir sustancias prohibidas, pero el buen manejo de comunicación de las autoridades tenísticas, sus agentes, los mismos torneos y hasta algunos de sus propios patrocinadores, silenciaban los rumores, “lesionaban” al jugador unas cuantas semanas y aparecían en los torneos importantes, dejando en el cajón del olvido y el perdón el castigo para ellos. El tema de Jannik se salió de contexto por el intenso reclamo de algunos jugadores, que no han podido digerir el éxito del italiano y continúan solicitando castigo. Qué vergüenza de compañeros de profesión.

La WADA se tomará unos meses para dar su veredicto, que será polémico, por el deseo que tienen de revertir la determinación.

Esta persecución o culpa puede volverse un boomerang para uno de los deportes más comercializados, difundidos y altamente mediáticos, ya que destruye el establishment tenístico, la etiqueta, la historia, la integridad, la aceptación y el seguimiento a las estrellas.

Deseamos que los celos y las envidias no sean la causa de esta persecución a Sinner.

El tenis es un deporte individualista, los jugadores son contratistas independientes, pero esta serie de episodios deben terminar, así como encontrar el verdadero motivo de querer perjudicar a Jannik. Culpable o no, no hay cabida para estos episodios de terror que manchan la imagen del mejor tenista del momento, y del mismo deporte.

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