Cada vez es más común que los padres participen intensamente como entrenadores de sus hijos, decidiendo por encima de los profesores, quienes están dedicados a enseñar la técnica y un buen comportamiento dentro de una cancha deportiva a sus pupilos.
El tenis, en específico, ofrece los espacios necesarios para que los jugadores puedan voltear a ver a su banca y recibir instrucciones de padres o entrenadores, utilizando señales preestablecidas para rectificar, insistir o modificar la estrategia formulada, animar, reclamar al juez y —en el caso de los profesionales— a la misma tecnología, que se aplica para revisar los botes de la pelota, conocida como los challenge.
En algunos casos, los padres juegan al tenis, les gusta, y creen que pueden ser mejores que los propios entrenadores. Los padres influyen, definitivamente, sobre sus hijos, considerando que pueden transmitir mejores consejos que los profesores.
Existen algunos casos de éxito, como el de Caroline Wozniacki , quien recientemente anunció su retiro. Su padre, sin saber jugar al tenis, fue aprendiendo a jugar al mismo tiempo que Caroline y se convirtió en pieza fundamental en el desarrollo de su hija, quien siempre fue educada y llegó a ser la número uno en el ranking, además de ganar un Grand Slam, pero estos son casos insólitos.
Alexander Zverev y Stefano Tsitsipas, dos jugadores con todos los atributos para alcanzar aún mayores alturas, constantemente arremeten contra sus padres y entrenadores, reclamando con insultos que hacen que se avergüencen ante muchas miradas de público y televisión.
Zverev hizo llorar a su papá en la banca en el pasado torneo ATP Cup, haciendo que su mamá tuviera que ir a reclamarle a su hijo de inmediato. Por otro lado, el griego Tsitsipas llegó a su banca, gritando reclamos a su padre e hizo añicos su raqueta al aventarla contra el suelo, rozando el brazo de su padre, quien se veía incrédulo y apenado con la conducta de su hijo.
Este tipo de actitud es irresponsable y reprobable; sin embargo, es pasada por alto por los organizadores, quienes no les llaman la atención a las estrellas, por temor a que abandonen el torneo.
Los Lords del Tenis: Nick Kyrgios, Zverev, Tsitsipas y Medvedev , entre algunos otros, muestran la presión y enfados a través de su pésima conducta en la cancha.
La educación debe ser enseñada y aprendida a la par de la técnica. Vamos... Queridos Lords del Tenis, por favor edúquense.