La ludopatía es el juego compulsivo, conocida como el trastorno del juego, y se ha convertido en el cáncer silencioso que el deporte —en general— está sufriendo con amaño de partidos y apuestas que crean un impulso incontrolable, sin importar las consecuencias de perder talentos, los cuales están destruyendo sus vidas.
Las grandes instituciones del deporte, desde el Comité Olímpico Internacional (COI), la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), las diferentes Ligas, la Champions, el ciclismo, las Ligas norteamericanas y el tenis (que es el deporte más agresivo, porque se apuesta en cada punto), sufren con este problema.
De hecho, todos los deportes organizados a nivel profesional y semiprofesional están enterados de que las apuestas, los amaños e ingerir sustancias prohibidas, se ha extendido y practicado, sobre todo entre los jóvenes, que al ganar poco dinero, no les alcanza para viajar y competir en torneos relevantes.
Las federaciones serias del deporte —en muchas partes del mundo— han tomado cartas en el asunto, reconociendo que este negocio mueve casi dos billones de dólares al año.
Las casas de apuestas, legales y otras ilegales, están enteradas de la tremenda enfermedad que es la ludopatía y tratan —hasta donde les permite su negocio— de identificar a los apostadores y promotores de esta plaga, que cada vez es más obvia.
El tenis, calificado por los investigadores como el deporte más agresivo para los amaños y arreglos de partidos, ha identificado a diversos jugadores que ganan algo de dinero arreglando sus encuentros; sin embargo, por lo regular, son los jugadores jóvenes —desconocidos y de modestos rankings, que están tratando de escalar posiciones— a los que les es más fácil entrar en el terreno de la trampa, que en el de la superación deportiva.
Al final, siempre los identifican y son suspendidos, como a seis tenistas mexicanos con rankings muy modestos.
Los tribunales deportivos internacionales —desafortunadamente— no se atreven a delatar a las grandes estrellas que utilizan drogas, estimulantes o que amañan partidos, porque sucedería lo del ciclismo, cuando Lance Armstrong abrió la Caja de Pandora con el tema de las drogas, estimulantes y —quizá— hasta amaños.
El ciclismo sufrió en cuanto a la pérdida de credibilidad, patrocinios y afición a este bellísimo deporte. Continuaremos con este delicado tema de la ludopatía.