Una de las escenas más dramáticas de racismo en el deporte que he experimentado, fue el año de 1969, cuando en uno de los más exclusivos clubes de tenis y golf en Houston, pude ver como Arthur Ashe estaba obligado por la reprobable directiva del club a entrar por la puerta de servicio.
En el tenis, las hermanas Venus y Serena Williams declinaron jugar una final entre ellas de un torneo en California por la forma en que eran tratadas y no volvieron a jugar en Indian Wells hasta después de una docena de años después de haber recibido una disculpa por los organizadores. Recientemente Vinicius Júnior jugador del Real Madrid está sufriendo el abuso racial y la reiteración de los gritos e insultos que recibe de algunos cobardes anónimos escondidos entre el público. En Estados Unidos y en todo el mundo son muy comunes los incidentes racistas y las leyes supuestamente protegen y castigan a los agresores, pero no existen los castigos ejemplares.
Roland Garros no ha reportado incidentes y los tres torneos del Grand Slam están unidos contra el racismo siendo extremadamente cuidadosos en la manera de tratar este tema, pues la popularidad del tenis es multirracial y es uno de los deportes mas seguidos en el mundo.
El problema es complejo, pero con métodos de vigilancia eficaz y castigos a los agresores la ONU y la organizaciones deportivas deben combatir el racismo con mayor energía y atingencia.
