La decisión que vamos a tomar el seis de junio, será como la punta del iceberg y ya con el resultado, veremos muestra, de lo que será y lo que implica el futuro; Como la densa ópera de Wagner de, El holandés errante, que nos pondrá a surcar en el mar, en búsqueda de una salvación, que pudiera ser imposible, si el rumbo del País se extravía al no haber contrapesos en las decisiones políticas y económicas.

Es importante, por ello, elegir con visión de largo plazo, tratando de equilibrar a las instituciones del País.

Recuerde qué si la política no va bien, la economía declina y viceversa: queda la tarea de acrecentar la productividad económica, repartiendo equilibradamente entre los ciudadanos, para que vaya bien la política.

El ir a votar para dar una lección, es un acto, que se acepta en la contienda política y que acompaña el construir acuerdos y definir al País que queremos, es popular señalar culpables, descalificar y caer en el juego de la diatriba, sin proponer soluciones, que tengan visos de llevarse a la realidad, lo cual, nos regresa a la metáfora del errante holandés.

Es importante, que a quienes se elija, privilegien el saneamiento y el fortalecimiento de las instituciones, involucrando a toda la sociedad, testigo presencial de que, conforme transcurre el tiempo en realidad se gesta un cambio positivo y no una regresión.

Entender que la formación de talento, es el principal motor de bienestar futuro y de equilibrio social, es lograr que la educación sea la bandera de todos; flexibilidad en la burocracia, reduciendo en lo posible los escollos, que implica una alta cantidad de trámites y requisitos.

La educación a todos los niveles en México, es la palanca del futuro de los próximos años; el principal reto es asumirlo, planteando un trazo claro, en época de pandemia al suscitar el debate entre universidades públicas y privadas y, por supuesto, desde los primeros niveles de educación; habida cuenta que, el trabajo no es lo que era y la habilitación para emplearse, no puede sustentarse en métodos obsoletos; que solamente provocan frustración.

Recordemos, que los mexicanos con nuestros impuestos, invertimos para que la escuela pública, sea un lugar de preparación de la sociedad, sin condicionamientos políticos, corporativistas o ideológicos, que contaminan la pureza de la vida escolar.

Lo que requerimos es cohesión y entendimiento, pues ninguno tenemos la respuesta completa al complejo entramado social, que vive un país seccionado económicamente, en varios estratos, cada uno con condiciones diferentes.

La incertidumbre futura se mitiga con liderazgo, equilibrio con capacidad y conocimiento para señalar el rumbo, el ritmo y el modo para el país, en un ambiente de inclusión y de cohesión, no de persecución que provoca que sea más importante debatir el pasado, que construir el futuro de un México incluyente y abierto al mundo, con claridad de que, tiene que fortalecer su relación con los ciudadanos, como base, para que se reconstruya el tejido social, hoy en día tan lastimado.

Requerimos pluralidad, no concentración de poder y decisiones unilaterales, la gobernanza debe fortalecer el equilibrio entre, los tres poderes y esa es una tarea a meditar, al emitir nuestro voto en favor de mayor institucionalización y pluralidad.

Cuando vayamos a las urnas, poner todos los huevos en una sola canasta es riesgoso, ya lo dice el dicho y habría que meditarlo. Es una fecha muy importante para los mexicanos y su futuro, que no se nos olvide en aras de una democracia abierta.

Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y miembro por varios años del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum.

Wu 552300 4668

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