El 27 de febrero de 2022 fue un día memorable en el que, corriendo, trotando y caminando 5 kilómetros, muchas más de cuatro mil personas celebramos -los más cercanos- el ser vecinos a los viveros y tener tan cerca un tesoro que, nos permite un pedazo de bosque en Coyoacán.

Por la pandemia tuvo que posponerse el evento en 2021 y los fondos que de ahí emanan, corrían el grave riego de hacerse todavía más pequeños, al circunscribirse los mismos, solamente a lo que produce La Madriguera física y virtual; lugar de depósito y venta de algunos artículos promocionales que atienden ágilmente Lily y Sergio. Más algunos patrocinadores.

Afortunadamente no fue así, con gran entusiasmo se motivó a la SEMARNAT, a la Delegación Coyoacán y a varias marcas a participar en conjunto, con la Asociación de Amigos de los Viveros, sin fines de lucro, que preside Andrés Ornelas Cravioto empresario mexicano y en la que activamente participa su esposa, que fue maestra del ITAM en Economía Maru Vargas Escobedo y muchos otros miembros de la asociación, que hacen diariamente lo mismo, por el afán de cuidar y mantener vigente ese hermoso rincón del sur de la ciudad.

En una de sus esquinas, el busto de Miguel Ángel de Quevedo nos recuerda que, el llamado por sus contemporáneos “El Apóstol del Árbol” A final del siglo antepasado y principio del siglo pasado, no se equivocaron y su obra sigue vigente debido al fruto del trabajo fecundo.

Durante los años 1893 y 1899, hubo un atroz destrozo de bosques en Puebla y Veracruz, lo cual advirtió Quevedo, luego de ello empezó a predicar en una plaza pública la necesidad de legislar y actuar en beneficio de los recursos forestales. Esa fue la gigantesca tarea de Don Miguel Ángel. En pequeña escala en los viveros, pero con el mismo amor, ese es el propósito que se ha asignado para el futuro, la Asociación de Amigos de los Viveros que, ahora preside Andrés y en la que colabora activamente el que, fuera presidente anterior, Manuel Arjonilla y muchos otros voluntarios.

La venta de boletos correspondió entre varios más a Marna, Myrna, Chío, Memo, Lupita quién custodia a la Guadalupana en su árbol y su hija Brenda, Rafael que apoyó al Doctor Humberto, Juan Manuel, entre varios más lo cual hicieron con gran entusiasmo, sabiendo que los fondos a recolectar sirven de recursos a la asociación, que actualmente permiten se riegue la pista por la madrugada diariamente, se le coloque tezontle al lugar dos veces al año, se celebre la carrera anual y muchas actividades más, como mantener los baños de uso público. Todo gracias a la labor de personas generosas, como Juan Manuel González y muchos más, quien pone de su tiempo personal, en aras de mantener la bomba y el espacio, pulcro. Pedro que por las mañanas es quién de madrugada riega la pista con la bomba, producto de la primera carrera que hace 15 años organizó la asociación.

Fidel Noriega y su hijo, son los autores de la imagen de la asociación y de dicha carrera.

Teniendo a futuro varios proyectos como el saneamiento del río al interior de los viveros.

En las sociedades modernas, se ha considerado la conservación forestal como una función necesaria y obligatoria del Estado, puesto que la vegetación es el elemento primordial de la vida”, declaró el ingeniero Quevedo, durante una conferencia en el puerto de Veracruz en 1923, rescatada en el artículo “Revolución y paternalismo ecológico: Miguel Ángel de Quevedo y la política forestal en México 1926-1940”, de Christopher R. Boyer.

Presidentes de países, de empresas, o sin títulos jerárquicos o tal vez profesionales de las carreras, desde muy temprano (tengo un gran amigo empresario Francisco Ruiz, que, con su grupo, desde las 4 de la mañana, corre en las calles de alrededor del Vivero de Coyoacán) miles de millones de habitantes del planeta corremos, caminamos o trotamos cada uno a su ritmo, por calles, parques, senderos, en caminadoras eléctricas, impulsados por un instinto tal vez primitivo. Es un deporte que es barato, democrático y lo puede uno practicar solo o acompañado, prácticamente a la hora que mejor nos venga.

El hecho es que, cuando corres te sientes pletórico, casi te obsesionas, sólo piensas en hacer kilómetros; aunque hay otros momentos en los que te inunda el desánimo, no quieres buscar excusas para sentirte cansado. Cada uno con sus capacidades, desde los más rápidos hasta los más lentos, desde los velocistas a los de las carreras de otras distancias, correr es una gran escuela de vida, porque en los entrenamientos y en las carreras hay paralelismos, con los que nos encontramos diariamente.

Es fácil acostumbrarse a conseguir las cosas sin esfuerzo, de la otra manera se da más valor a lo que se logra, esa es la gran lección, que sirve para animarnos para seguir adelante, corramos o no, para luchar por una vida mejor para todos.

La metáfora sirva para reflexionar en aquellas personas que, siguen acumulando kilómetros de vida, me refiero a los muchos que conocemos que nos rebasan y siguen siendo entusiastas continuadores de su existir, que se sustenta en el ejercicio diario, sus pasos resuenan como una señal, para los que la vivimos literalmente, corriendo.

Y si lo hacen como los Amigos de los Viveros uniéndose, para mantener viva la llama de la unidad colectiva, alrededor de los Viveros de Coyoacán, mejor ejemplo.

Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y miembro por varios años del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum.

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