La acondroplasia es una de las más de 600 causas de enanismo, mutación genética que padece aproximadamente uno de cada 20 mil nacimientos, son personas que no alcanzan una estatura física considerada promedio y desafortunadamente a muchos les ha causado risa.

Especialmente flagrante es la poca sutileza de algunos médicos. "Va a tener un enano de circo", le espetó uno de ellos al hoy padre feliz de una persona de estatura pequeña y otros tres de estatura promedio.

El incidente ilustra una realidad enmascarada en la que tal vez en México más de quince mil personas, lidien con la falta de accesibilidad.

Un filtro a veces insuperable en la búsqueda de empleo tras un primer contacto positivo por teléfono o correo electrónico. Las situaciones incómodas son habituales. Cualquiera creería que hoy en día la gente ya es consciente de que llamar "sietemesino" o "duende" a las personas con enanismo es ofensivo, ¿cierto? Pues créanme, sí pasa. Sé que la mayoría de las veces no es con malicia, pero eso no quita el que la palabra, sea inadecuada.

Para la gente pequeña, subir escaleras puede considerarse un deporte extremo. Y ni hablar de los cajeros automáticos. Todas estas cosas hacen que valores la importancia de tu altura en la vida cotidiana.

Ese es el problema. La altura impide que la gente los vea como iguales. La oficina es el mejor ejemplo. Todos los compañeros tienden a subestimar las habilidades de la gente pequeña porque no es tan alta como ellos. Los jefes deben darse cuenta de que, siempre y cuando la oficina sea un lugar accesible, pueden trabajar tan bien como cualquier otra persona. No necesitan tratarlos como niños.

Pues bien, gracias a la historia que me platica María Elena Martínez Blanco mi valiosa asistente, de su querida sobrina Sonia, quien por cierto a través de asesorarla nos apoya para modernizarnos, puedo narrarla como un ejemplo de superación y para contribuir a terminar con tabúes que nos impiden ser mejores.

Su nombre completo es Sonia Serrano Martínez es diseñadora gráfica y esta es brevemente su historia: Es la menor de tres hijas, sus padres y hermanas son de estaturas promedio alrededor de 1.70 metros de alto.

Cuando su madre se encontraba embarazada presentó problemas en su primer trimestre, en el cual se desprendió un feto de su cuerpo, por lo tanto, los médicos no se percataron que seguía ocupado su vientre hasta el cuarto mes de gestación.

Aseguraban, que no podría caminar jamás.

Realmente fue muy difícil, sus padres utilizaron todos los recursos que estaban a su alcance para ayudarle físicamente, pues desde bebé hasta los tres años comenta; sólo me desplazaba arrastrándome, y con el tiempo gracias a Dios desarrollé fuerza en mis piernas mediante ejercicios y estabilizadores (yeso), en donde logré ponerme de pie y caminar como el resto de las personas.

En la infancia el trato de las instituciones era de discriminación, ya que determinaban que su capacidad no era la apropiada para una educación “normal” por su estado físico, pero su mamá y el doctor mencionaban que su discapacidad estaba en las piernas y no en su cabeza, ya que su cerebro o su inteligencia motriz procesaba un poco más rápido la información que los niños de su edad.

Su educación básica y medio superior la aprendió en instituciones públicas, hasta el nivel profesional en la cual ingresó al Centro Cultural Universitario Justo Sierra; que, debido a las posibilidades económicas limitadas, y al fallecimiento de su padre, sus hermanas le apoyaron con los gastos, así de igual forma la institución le otorgó una beca por medio del Director de Diseño Gráfico, Luis Arteaga.

Hubo momentos tan determinantes, porque la lucha era tan fuerte por las burlas, críticas, limitaciones y palabras ofensivas que algunas veces pensó en morir; no comprendía cómo podía la gente ser tan cruel, no sólo tenía que enfrentar como todo ser humano a los problemas cotidianos, sino también ha tenido que padecer problemas de salud, estabilidad física en la columna, piernas y sistema nervioso, sostener todo lo interno y el exterior, ha sido como caminar en la cuerda floja.

En algún momento se apartó emocionalmente de las personas, en los cuales buscó como ocultar el temor y sufrimiento mediante vicios, donde sólo le llevaban a auto destruirse, con el paso de los años tocó fondo y buscó ayuda, ya que dentro de ella existía un propósito y razón de seguir adelante… Lo encontró.

Se desarrolló como profesional en diversas empresas como Abastecedora Lumen, Laboratorios Mexicanos de Imágenes, Editorial NLG, Museo Interactivo Infantil, Universidad Tecnológica de México, como docente.

Antes se preguntaba por qué había nacido así. No lo entendía, pero ahora da las gracias por cómo es. Y manifiesta: “Soy fuerte gracias a mi fe en Dios, espero que algún día la sociedad deje de vernos como fenómenos y esté dispuesta a conocernos. Al fin y al cabo, también soy su miembro y tengo necesidades, sentimientos y ambiciones como cualquier otro”

Sobran las palabras, tomemos nota como diría Juncal, personaje literario entrañable de Jaime de Armiñán, de quién crece personal y profesionalmente diariamente y nos demuestra que tenemos mucho por recorrer, en el camino de la diversidad.

Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y varios años miembro del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum.

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