Pocos directores de empresas han gozado en su tiempo y posteriormente en su retiro del justo prestigio de John Francis conocido como Jack Welch quién entró a trabajar en General Electric en 1960 y en 1981 a los 45 años, pasó a ser el octavo presidente del conglomerado fundado en 1892 (año de la fusión de Thomson-Houston Company y la Edison General Electric Company) el más joven en su historia.

Recientemente se nos adelantó en el paseíllo de la vida y en su recuerdo escribo estas líneas explicando que en los ochenta y noventa del siglo pasado, sus conceptos de gestión eran reconocidos en las escuelas de negocios sabiendo que con el tiempo Jack transformó un grupo anquilosado en uno dinámico; adoptando procesos ágiles e innovadores que propiciaron mayor eficacia permitiendo un grupo de unidades de negocio y un corporativo, muy diversificados y que tuvo gran éxito por muchos años.

La regla de la estrategia Welch y su equipo de trabajo era muy clara: “Si no poseemos una ventaja competitiva, mejor no tratamos de contender”

El resultado directo de aplicarla provocó que las unidades de negocios de General Electric en los noventa del siglo pasado, alcanzaran el número uno o número dos en la participación de mercado, provocando números impresionantes en los resultados financieros, siendo férreos con la disciplina de vender o cerrar aquellas unidades de negocio, que no alcanzaban esas posiciones.

Ideó una curva que dividía a los directivos empresariales en tres categorías: el 20% se encuadra en la llamada fracción A; aquellos “llenos de pasión, comprometidos con hacer que sucedan cosas”; otro 70% integran el grupo B, “esencial en la compañía y que anima al grupo A”, y el 10% restante, el C, son los improductivos según escribió Welch en su libro Straight from the gut, lectura muy recomendable para quienes están interesados en la gestión de organizaciones.

Lo anterior lo narré cuando comentaba sin entrar en gran detalle que hoy en día en la prensa de negocios y los analistas sitúan a General Electric en el ojo del huracán y muchos cuestionan su gestión, algunos incluso considerando la época dorada de Welch.

En el Strategic Leadership Forum en los noventa del siglo pasado en Nueva York, tuve la oportunidad de conocer al socio fundador de Blackstone, Steve Schwarzman quién conoció bien a Jack y me comentó que en sus inicios fue su mentor en temas financieros.

Steve estaba orgulloso, era verlo dirigir a la empresa mundial más importante en aquel momento y recuerdo que me comentó:” tiene la sencillez de escuchar y la capacidad de absorber conocimiento como una esponja” Antes y ahora mismo pregunto: ¿Cuántos a ese nivel se comportan de la misma manera? y también: ¿Cuántas veces nos hemos perdido una oportunidad, personal o profesional, por no haber dado el paso de aprender?

Le pregunté a Steve por alguna frase de Jack que de memoria recordara y la anoté: “Finalmente, el éxito en los negocios se reduce a tres palabras: personas, producto y beneficios. Si no te rodeas de las personas adecuadas, no tienes mucho que hacer con las otras dos”

Hoy que el caos parece que nos agobia conviene que personas como Jack y seguramente como Steve plantean: “Si sobrevives al caos, ya has ganado”

Dado que afrontamos solos muchos lances de nuestra existencia, si sabemos además que todo es imprevisible y que las cosas no tienen por qué tener un sentido, tal vez el arte de vivir sea salir lo mejor librados posible. Venimos al mundo a experimentar cosas, a tropezar y a resolver problemas, como hacen personajes como Jack, Steve y muchos otros. Visto así, entonces el premio es seguir adelante en la partida, no le saquemos al parche recordando a Jack; a darle que es mole de olla.

Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y miembro por varios años del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum.
Wu 552300 4668

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