Los espacios, los edificios y su diseño, nos impactan más allá de lo que representa lo estético, lo material y lo funcional. En gran medida nos determinan gran parte de lo que sentimos y dan significado, a nuestro día con día.

Por motivos de la pandemia, muchos lugares por demasiados meses, permanecieron cerrados o con restricciones muy severas, tal es el caso de los clubes deportivos, al acudir a las instalaciones, a los cuales muchos hemos acostumbrado a asistir, en la práctica de algún o algunos deportes, tal es mi caso, extraño bastante a acudir a entrenar frontón a mano, a los hermosos y vetustos frontones del Club España, con mi hermano José Luis y más, cuando en diversas ocasiones, nos acompañan mis sobrinas y mi esposa.

Ese rato es algo que se había convertido en una rutina semanal, se vio interrumpido y después por un tema adicional aún, no hemos podido, por mi causa, reanudar algo que era en cierta manera un ritual, una sana costumbre.

Echo de menos entrar a las instalaciones de Insurgentes, muy cercanas a la Ciudad Universitaria, a pegarle a una peluda pelota de tenis y posteriormente, en sus amplios espacios, sentarnos a charlar de mil y una cosas, mientras degustamos un apetitoso desayuno, ganado con el sudor en las canchas.

Cruzar su umbral es, dejar atrás preocupaciones de toda índole y en la cancha empezar a calentar, asimismo cuando empezamos los partidos, mantener la mirada en el frontis y tratar de no perder un tanto que, se vaya acumulando en contra. Lo demás queda atrás, lo importante es la cantidad que se está disputando.

Muchos otros buenos amigos, que asisten con asiduidad, me imagino cómo padecieron el tiempo, en el que les era imposible acudir al club en Xochimilco o Insurgentes, a disfrutar sus instalaciones, no solamente en la práctica del deporte, sino del baño diario, con el vapor a todo lo que da o al sauna.

El Club España, ofrece entre muchas otras actividades: Tenis, natación, polo acuático, nado sincronizado, fútbol, squash, cesta punta, frontón, karate, kendo, baile de salón, baile español, teatro, música, aeróbic, pilates, gimnasia rítmica y artística, voleibol, resistencia física, cerámica, computación, remo, canotaje, ciclismo y montañismo.

En sus instalaciones han practicado muchos atletas que, en competencias nacionales e internacionales, en diversas especialidades, han representado a nuestro país con gran orgullo, durante su más de 110 años de existencia, desde el año 1912, en que se mantiene como una organización sin fines de lucro.

El Real Club España, más conocido como Club España o España, fue antaño primordialmente un equipo de fútbol, que jugó en la Liga Mayor y que tuvo como sede la Ciudad de México. Fue uno de los equipos más populares en su tiempo de existencia.

Su extenso palmarés lo componen: 5 títulos de la Liga Mexicana, 2 de la Liga Nacional, 7 de la Liga Mayor, 1 de la Copa México, 3 de la Copa Tower y 2 de Campeón de Campeones. A ello se suman el primer torneo de fútbol con alcance nacional, la llamada Copa Centenario y el reconocimiento (el primero en recibirla) de la Copa Challenger, que obtuviera en 1916 y 1934, luego de concretar un tricampeonato o un quinto título alternado respectivamente.

Fue junto al Club Asturias, los dos clubes más representativos de la comunidad española, hasta su retiro del fútbol profesional en los años cincuenta del siglo pasado y ambos se enfocaron a ser clubes deportivos, sociales y culturales.

Teniendo como estandartes en los cuarenta, del siglo pasado, a dos cracks de talla mundial, el español Isidro Lángara y al argentino José Manuel Charro Moreno, para muchos, los dos más grandes extranjeros que, hayan pisado canchas mexicanas, dejó un grato recuerdo, el España, en la memoria de los aficionados al deporte más popular del mundo.

El gran escritor argentino José Luis Borges, nos ilustra ese instante al cruzar, él mismo, el de la Biblioteca Nacional Argentina: “Los rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física, siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conservado mágicamente. A la izquierda y a la derecha, absortos en su lúcido sueño, se perfilan los rostros momentáneos de los lectores, a la luz de las lámparas estudiosas”.

Así se siente cuando pasa el umbral de las instalaciones del club, queda atrás todo y, lo importante es estar ahí y disfrutarlo.

Desde hace varios meses con diversas restricciones, el Club España se mantiene en pie y ofrece un espacio entrañable a quienes lo ocupan o lo visitan, representa una parte que propicia la disciplina del deporte y otras actividades en plena convivencia social, tan importante hoy y siempre.

Lo escribo con nostalgia, sabiendo que pronto recuperaremos el hábito, mi hermano y el que les narra, de seguirle dando duro a la pelota y teniendo nuestras charlas en, las que muchas veces nos extendemos con otros socios que tanto nos nutren.

Actualmente al club lo preside la directiva encabezada por: Francisco Salvador López, que su actividad principal y profesional, es la de consultoría financiera, sin embargo, dedica con otros miembros, invierten tiempo personal, en darle continuidad a una actividad comunitaria que, tanto beneficio, propicia en una ciudad tan convulsionada como la nuestra. Muchos años más, le deseamos a una institución que contribuye a ser mejor a nuestra sociedad, desde hace más de un siglo.

PD: Hablando de jóvenes madrileños, Gorka Zabala , que es su nombre artístico, hijo de vasco y madrileña, criado en Cataluña y viviendo en México, además de médico de reciente graduación, alentado por el paisajista andaluz Mejías, recientemente expuso sus personales y brillantes sentimientos, expresados en dibujos, que vale mucho la pena disfrutarlos y poseerles.

Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y miembro por varios años del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum.  

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