El liderazgo en organizaciones con y sin fines de lucro en todo el mundo se enfrenta al reto gigantesco de remontar el hoyo financiero, producto de la pandemia que día con día se agranda y nos pone a todos contra las cuerdas.
Nos coloca en una situación azarosa al no tener respuestas claras al rumbo al que debemos orientar los esfuerzos y eso es descorazonador, sin embargo es importante considerar algunas ideas que nos permitan transitar mejor la época.
Recordemos lo importante que es cómo comunicamos, además de qué comunicamos a quienes lideramos.
Parecería de sentido común dar más información, más que menos y más rápido que lento. Tenemos que encontrar algo que decir cuando aparentemente no existe razón de hacerlo, en aras de mantener la frescura de no dejar pasar mucho tiempo acarreando rumores y desaliento.
Tal y como sucede cuando nos deben y nos están informando que en cuanto se pueda nos van a liquidar el saldo, a la diferencia de no saber qué ocurre cuando de plano ni siquiera se toman la molestia de ofrecer una excusa y prefieren guardar silencio, infiriendo que entendemos la falta de cortesía de su parte y nosotros especulamos que pasa con ellos.
Reconocer a quienes hacen un esfuerzo como aquellos que han cumplido como profesores de sus hijos y ejecutando desde su casa. Decirlo es importante demostrando empatía, la cual es un componente vital del compromiso de los colaboradores con la organización, el impacto es alto y debemos considerar importante hacerlo.
Es época de dolor en muchos casos la compasión alivia; tal es el caso ejemplar de un extraordinario líder con miles de colaboradores que se ha tomado el tiempo en la batalla de la continuidad de sus negocios, de ofrecer unas palabras de pésame y alivio económico a los familiares y no doy su nombre porque sé que no le gustaría y desde luego no me enteré por él; sino por alguien conmovido por su generosidad y quién me lo relató hace pocos días, siendo esta es solo una, de las muchas batallas que ha librado en su productiva existencia, por su querido México.
Tratar de distinguir aquello que sabemos, de lo que no, caso concreto de la semaforización que estamos viviendo y que nos obliga a decir sin rubor que no tenemos la respuesta, que por cierto se vale siempre, pero más en las circunstancias actuales en las que creo es correcto decir: “Sabemos esto, no sabemos esto más y mientras lo podemos contestar; hagamos lo siguiente o esperemos a tener más datos”
En algunos casos es positivo aclarar quiénes toman las decisiones; cuáles son las alternativas que se están considerando o cuál es el criterio que estamos utilizando, lo cual para algunos es muy obvio, sin embargo, para muchos no y habría que ponerse en sus zapatos. Cada que sea posible es importante provocar tormenta de ideas y entender que tan claro queda al equipo, en donde estamos parados.
No está por demás repasar cuales son nuestros valores, misión y visión -si es que lo tenemos claros y diseminados- caso contrario sería conveniente establecerlos. Reforzarlos refleja estabilidad y fuerza de inspiración fuente de vitaminas importantes para un mejor desempeño.
Explicar las decisiones más relevantes pues a todos nos viene bien, entender los porqués tomamos un camino y no el otro; ligarlas con temas como la visión, misión y valores para contribuir al propósito, refuerza la cultura de la organización y la fortalece.
Si tenemos a la mano los próximos pasos así sean preliminares es recomendable comunicarlos y provocar que se den o no –de acuerdo a las circunstancias- se empiece la preparación, para ejecutarlos.
Sé que no estoy descubriendo el agua tibia, pero me pareció útil compartir estas ideas y el ejemplo del empresario mexicano, recordando lo importante de la comunicación en todo tiempo y en especial en el que estamos pasando y más rotundo, padeciendo.
Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y miembro por varios años del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum.
Wu 552300 4668
luisracarazopreciado@gmail.com