En este sexenio se han visto cosas como no se vieron ni siquiera en los peores tiempos del PRI, algunas verdaderamente surrealistas. El Metro, por falta de mantenimiento, tiene incidentes y accidentes frecuentemente; para “justificarse” culparon al sabotaje, lo que aprovecharon para dar otro pasito en la militarización, atiborrando los andenes de militares, que no sirven para nada, más que para evitar que graben los hechos y detener manifestantes, con un ejército al que se le “extravía” el 30% del armamento nuevo. También ya puede apresar civiles. Esto y las demás tareas que se le van asignando, nos hace pensar que la Sedena, es más bien la Secretaría de la Vicepresidencia.

Abelardo Rodríguez, en 1932, fue quien mezcló gobierno y narcotráfico. Y de ahí para el real, de alguna forma ambos se entienden. Pero antes de la 4T, esto se hacía con disimulo y ahora se descararon. Hay un video en el que el “Vocero Presidencial”, saluda a la madrecita, del Sr. Don Joaquín Guzmán, un ser humano al que hay que salvaguardarle sus derechos, (no así los de los niños con cáncer), comentan algo de una carta, lo que indica, sin lugar a dudas, que tratan más allá de unos simples cordiales saludos. Y los narcos pudieron participar, impunemente, en las elecciones; secuestrando candidatos, atemorizando electores y robando urnas.

El PRI por muchos años organizó las elecciones y eran una burla. Luego de una larga lucha y esfuerzo, la sociedad y algunos partidos, buscando que fueran aceptablemente confiables, lograron crear un organismo independiente del gobierno, a pesar de sus trampas. Aunque tiene fallas, es una institución con prestigio internacional que ha sido copiada en algunas naciones. Si es costosa, se debe a la creatividad de los políticos para el fraude, ya que esto exigen medidas complejas para superarlas. Las credenciales de elector buscando hacerlas infalsificables, cuestan. Mañosamente argumenta que los sueldos de sus funcionarios son exorbitantes. Un INE caro, es muchísimo más barato que una democracia violentada. Cabría pedirles a los venezolanos qué opinan. Ofrece que va a portarse honestamente, pero no se le puede creer a alguien que se avienta casi cien mentiras diarias.

Nuestro becario de Palacio Nacional, con su vetusta visión futurista, apoyándose en su sobada corrupción quiere volver al pasado priista. Olvidando que, aunque pregone que ya no existe corrupción, esta brota por todos lados, con tanta virulencia, que de los 38 países de la OCDE somos el más corrupto y vamos empeorando entre los países más corruptos del mundo.

Históricamente, hemos tenido presidentes que como seres humanos dejaban mucho que desear. Algunos merecían más bien la cárcel. Otros dejaron daños tremendos. Sin embargo, todos fueron discretos. Hoy, como nunca, tenemos un presidente delincuente doblemente confeso. Confesó públicamente y por su gusto, que él ordenó que soltaran a un delincuente detenido. Igualmente reconoció que recibió de Pío, un dinerito para su “movimiento”. Ambos son delitos de prisión.

Se supo que un colaborador de Maduro, está rediseñando los libros gratuitos para deformar, pervertir y adoctrinar a nuestra niñez. Esto es gravísimo. Y todavía hay quienes niegan que hay un “compló” diabólicamente orquestado.

Lo mencionado es apenas una insignificante muestra de las brutalidades y perversidades que, como nunca, el gobierno está realizando para hundirnos. Y que, día a día crecen, sin que por ahí aparezca alguna obrita rescatable. No cabe duda que el pobre infeliz sigue tan bien los “consejos” del diablito que dice que lo aconseja, que ha causado tanto daño, que una prestigiosa revista inglesa le confirió el título del peor tirano del 2022. Esto es terrible, pero quizá lo peor de todo, sea que, a pesar de tantas maldades, los opositores no pueden entender que ya hay que oponerse e inexplicablemente callan. Es más, se ha visto “prepreprecandidatos” que, al preguntarles su opinión sobre el autor, se muestran sumamente respetuosos. ¡Qué poca oposición! (Más bien nula).

Argumentan que, si ya hubiera candidato, lo desbarataría fácilmente. Olvidan que hubo un opositor que, a pesar de que no contaba con tanto material como ahora y carga desde su niñez un historial turbio y usa un estilo bravucón, sobrevivió 18 años y finalmente ganó.

Esto significa que, si queremos rescatar a nuestra patria, tenemos que redoblar muy seriamente nuestros esfuerzos. Por lo pronto, tenemos que promover y presentarnos masivamente el 26 de febrero.

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