Ahora, que ya huele a elecciones, que ya enviaron a las corcholatas a campaña, que la sociedad y los partiditos de “oposición no oposición”, negocian las bases para determinar al candidato que enfrentará al que el “Dedo Candidateador” señale, respiramos un ambiente muy enrarecido. Veamos una apreciación muy personal.

Resulta que ahora que “YSQ” sigue acabando con el país, cometiendo atrocidad y media y que como “dueño” del INE prepara su fraude del 24, que se vio que en Edomex abundan electores irresponsables que no votan, que están dándoles credenciales del INE a extranjeros, que sus trampas electorales superan a las del PRI, que están despilfarrando y sin freno nuestro dinero para estupideces y su campaña, que los candidatos de oposición, inexplicable y vergonzosamente no se oponen, que la sociedad negocia con partidos poco confiables, que se busca candidato para enfrentar y derrotar a la corcholata “dedeada”, así como otros pendientes, que causan temor, angustia, desánimo, coraje y otros sentimientos a quienes queremos un México próspero, democrático y libre. De pronto, en este pesado ambiente surgió un fenómeno que como que lo alegró y despertó esperanza a muchos.

Parece que Xóchitl, estaba muy “tranquila”, esperando el tiempo para competir por la jefatura de la CDMX, confiando en el triunfo. Desde que llegó al senado, junto con Kenia y Lily, es de las muy pocas voces, que, con muchos “d’stes”, (no “d’stos”), se atreven a denunciar, exhibir, reclamar por las cotidianas perversidades, ineptitudes, violaciones, caprichos, estupideces y otros males originados en palacio. Cosa que no hacen los supuestos opositores que quieren ser candidatos.

Pero un día, desde la mañanera, el jefe de campaña de MORENA, con su costumbrita de levantar falsos a quienes dicen la verdad o por algún otro motivo le molestan, se le ocurrió afirmar que Xóchitl estaba contra sus programas sociales. Esto la indignó y, como él había prometido reconocer el derecho de réplica, ella solicitó audiencia para replicarle. Pero como, en campaña prometió estar con la gente, no recibe a nadie. Menos a quienes les tiene miedo. Así que, desconociendo su promesa, contestó que solo la recibiría si alguna autoridad competente se lo ordenaba.

Ni tarda ni perezosa, se presentó en la Corte para ampararse. Y como, es una de las pocas instituciones que sus funcionarios tienen los “d’stos” para hacer, lo que se debe, no lo que “YSQ” quiere, la amparó. Inmediatamente le informó que la fecha en la que lo visitaría, porque ya tenía lo que solicitaba. Entonces, surgió entre la gente la interrogante de si sería recibida o no y ver el desenlace. Conociéndolo, casi todos pensaron que no.

Y efectivamente, confirmando el nulo valor de su palabra, como le tiene pavor, no la recibió. Con lo que le cerró la puerta de palacio, pero le abrió la de la presidencia, ya que esto causó un gran revuelo social, y mientras Xóchitl danzaba entre entrevistas, pues muchos querían interrogarla, sin que ella moviera un solo dedo, un sector social, sorpresiva y espontáneamente empezó gradualmente a crecer como bola de nieve y a clamar con esperanza: “Xóchitl presidente”.

Así, la falta de honorabilidad de “YSQ”, la catapultó para la presidencia, ya que hizo enojar al pueblo que ya cansado de tanta barbaridad reaccionó. Esto está siendo algo excepcional, parece que antes el pueblo solamente se manifestó en forma tan espontánea cuando proclamó emperador a Iturbide. Es algo muy significativo, ya que es una reacción popular cargada de esperanza. Y estas reacciones aterrorizan en palacio, y esta, la provocó “Su Alteza Diferentísima”. Si la sociedad le echa ganas y hace lo que se debe, Xóchitl será presidente.

Probablemente la primera sorprendida, pudo haber sido ella. Pues estaba, muy en paz, enfocada a su candidatura a la CDMX y ahora resulta que una parte importante del pueblo “aspiracionista” la quiere para presidente. Le movieron muy feo el tapete. La vida, le puso un dilema tremendo. Tenía que decidir entre abandonar un proyecto que sentía en la bolsa, para aventurarse en uno riesgoso. Optar por algo más tranquilo para a ella o jugársela en algo inseguro por la patria.

Pidió unos días para decidir y, afortunadamente, ganó México. Pero atención, declaró algo que nos compromete seriamente a los mexicanos que queremos un país próspero. “Si ustedes van, yo voy”. Es decir, si voy, vamos juntos.

Su aceptación generó alegría y entusiasmo en muchos. Resultó un aire que refrescó un ambiente enviciado por; la poca confiabilidad de los partidos, la nula oposición de los “preprecandidatos” opositores y otras situaciones. Al parecer su decisión refleja altruismo y una prueba de que no es una “política” de los que conocemos, que no antepone sus intereses personales y si es valiente, pues aceptó el reto inseguro y difícil, ya que enfrentará a un enemigo muy poderoso, tramposo y peligroso, que dispone de recursos casi ilimitados para comprar votos y otras chapuzas. También enfrenta un electorado apático, indiferente, irresponsable y apátrida que no vota. Aunque, por otro lado, la presidencia es mucho más trascendental, pero más complicado, ya que gobernará un país muy golpeado, militarizado y empobrecido, con muchos asuntos por enderezar. Una tarea muy difícil y de una tremenda responsabilidad.

Este hecho es algo único, nunca había sucedido que un sector social, pidiera espontáneamente a alguien que compitiera por la presidencia y sin intervención de algún partido. Esto muestra que hay mexicanos hartos del peor gobernante de la historia.

Si la sociedad reacciona como se necesita, logrará llevar a la presidencia a su candidata, lo que constituiría el hecho más positivo y trascendental de México. Un verdadero parteaguas que marcaría un antes y un después. Y así recuperaríamos la prosperidad que teníamos siendo virreinato español.

Para tener un mejor panorama, démosle una repasadita a la historia verdadera. La “independencia” de los virreinatos fue planeada principalmente, por la masonería inglesa, con la finalidad de perjudicar a la España católica. Provocaron guerras que causaron muerte, destrucción, odio, división y retraso a los “independizados”.

Luego de que “independizaron” a México, los “hermanos” gringos y “mexicanos” traidores, indujeron un caos social que duró, hasta que Porfirio Díaz puso orden. Pero en el inter, el “hermano” Juárez, que por lo visto, también “amaba” a los pobres, ya que al igual que su “hermano”, que hoy a ratos, es presidente, los perjudicó duramente, quitándoles su Seguro Popular y otros beneficios, que brindaban gratuitamente a los pobres, instituciones católicas de beneficencia, como hospitales, dispensarios, hospicios, orfanatos y otras, como escuelas para niños y adultos así como las de artes y oficios, que constituían un factor definitivo de bienestar. Atendían la salud, educación y enseñaban oficios para que los desprotegidos pudieran trabajar y ganarse la vida, lo que contribuía al desarrollo comunitario. Igualmente, hacía préstamos sin interés a pequeños y medianos productores. Una parte de los bienes incautados, fueron repartidos entre los cuates de Juárez. Esto significó una enorme catástrofe para los pobres y el país entero.

Con Díaz, un sector amplio se benefició, pero algunos padecieron injusticias. Y con estas fallas, empezó la recuperación nacional, pero como esto no le conviene al globalismo, los “hermanos” gobernantes de EEUU, organizaron una revolución para derrocarlo e imponer un pelele. Como Madero, Huerta y Carranza, solo cedieron parcialmente a sus pretensiones, fueron derrocados. La Revolución finalizó hasta que Obregón concedió todas sus exigencias. Así además de colocar en el poder a sus lacayos, causaron destrucción y muerte. Para rematarla, terminado el conflicto, su embajador, les sugirió la creación de lo que luego se denominaría PRI, y que hoy también se llama MORENA. Así que casi lo único rescatable del México “independiente” es la desacreditada dictadura porfirista.

CONTINUARÁ…


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