Se dice que México es, o mejor dicho, era, un país con una democracia incipiente, en el que en teoría el pueblo mandaba. Este cuento de hadas, en este sexenio empeoró.

Realmente, no vivimos un régimen democrático, si no un régimen en el que la democracia se circunscribe solo, a que algunos funcionarios públicos sean electos, en procesos razonablemente confiables. Cosa que el Líder del Bloque Destructor cuando candidato, peleó con furia y ahora siendo presidente, usando su reglita marxista de doble escala, se lanza furiosamente a eliminar lo que como candidato exigió. El INE le permitió llegar al poder y hoy quiere deshabilitarlo y regresarlo a tiempos del PRI para ser él quien determine a quien favorece el fraude.

Claro que esto de los fraudes electorales no es privativo de México, sucede en muchas partes del mundo. Hasta en EEUU, que se considera el adalid de la democracia, en el 2020 tuvieron unas elecciones manchadas por el fraude.

Por años, el PRI controló las elecciones a su arbitrio. El voto ciudadano era ignorado cínicamente. La última marrullería estuvo a cargo del “cuatrotero” Bartlett. Quien hizo “caer el sistema”, para que tramposamente ascendiera Carlos Salinas.

Tras años de inconformidad, el PAN, la ciudadanía y algunos partidos, torciéndole el brazo, lograron, que el PRI finalmente aceptara una legislación electoral que las reglamentara y a un organismo independiente encargado de las elecciones. Se creó y paulatinamente se fue ajustando para reducir en lo posible los fraudes. Incluso el que hoy pretende destazar el INE, hizo propuestas para reducir los abusos y fortalecerlo.

Aun así, las elecciones no son 100% confiables. Los políticos tienen muchas mañas. Pero, aunque no logró eliminar totalmente los fraudes, el INE realiza votaciones con credibilidad aceptable. Por eso, es la columna vertebral de las elecciones, una de las instituciones más confiable de México y un modelo a imitar mundialmente. Obviamente la diversidad de argucias de los políticos fraudulentos, requiere medidas complejas y costosas. Sin, embargo, el costo del voto es razonablemente reducido. Es significativamente menor que en Canadá y EEUU. Además, el INE efectúa actividades que no realizan otras instituciones electorales extranjeras. Además en su presupuesto se incluyen las partidas exageradas a partidos políticos.

O sea que no existe una razón válida para que “Su Alteza Desigualísima” lo “destace”. Para justificar su maldad, demagógicamente usa argumentos insostenibles. Usa su desgastado argumento de que hay corrupción. Que es demasiado costoso, que lo que ganan sus funcionarios es una fortuna astronómica. No reconoce que su fracasado AIFA, en un solo día pierde más que lo que gana un consejero del INE anualmente. Que su presupuesto anual es menor a los recursos desviados en Segalmex. Perversamente hace más alaraca por lo que nos cuesta el INE, que es una salvaguarda importantísima de la patria, que las pérdidas que ocasiona su caprichito del AIFA, las malversaciones de Segalmex y otras instituciones. Así como múltiples despilfarros que van a parar a la basura. Por eso el lema: “Prefiero gastar en el INE y que en los tenis de los hijos del presidente”.

Al “Politiquero Mayor” todo lo del INE le indigesta. Se le atora el sueldo de Lorenzo Córdova, aun cuando lo desquita bien, porque él si desempeña el puesto protestado. Mientras que no se fija que él, prácticamente se desempeña solo como Vocero Presidencial, pero cobra como presidente. Para colmo, como no tiene nada que “vocear”, porque no se hace nada positivo, con frecuencia solo comenta temas intrascendentes cargados de mentiras y ofensas a quienes soliciten o informen la verdad.

Los candidatos para buscar el voto, además de gastarse fortunas (las elecciones se ganan con lana), usar datos falsos, inflados, reducidos o fuera de contexto y hacer promesas, una vez que acceden al poder con demasiada frecuencia, olvidan sus promesas, como escandalosamente padecemos hoy, que hacen justamente lo contrario de lo prometido. Así la democracia es humo, pues lo único democrático es la elección de funcionarios, pero no hay seguridad que cumplan lo ofrecido.

Por lo que podría ser conveniente que el INE ampliara sus tareas y también vigilara que los candidatos no mientan en campaña y que efectivamente cumplan lo que prometen. Obviamente esto no es sencillo, menos cuando el Capo de la mafia del poder está buscando regresar a un pasado más antidemocrático que el priista.

Una vez más nos topamos con la misma piedra. La sociedad es la que debe despertar, tomar consciencia, oponerse y aprestarse al combate para que los gobernantes electos se ocupen realmente de los intereses y exigencias sociales. Pero esta es una lucha que hay que echarle muchas ganas. No solamente el INE está en riesgo, lo está la patria entera. Nosotros decidimos si, nos cruzamos de brazos y dejamos que toquen a la patria.

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