Me van a disculpar, pero hoy voy a dar rienda suelta a mis tripas. Resulta, que vi un video a un comunicador popular, entrevistando a varios “preprecandidatos” de “oposición”, (omito los nombres porque, son los bueyes que tenemos para arar y no podemos echarles más tierra), que “defendieron” sus blanduras, respetos, miedos y demás sentimientos paralizantes inspirados por el dueño de MORENA. Con sus estúpidas declaraciones, se volaron la barda y, como se dice en mexicano, me hicieron “encabronar” y mis pobres tripitas siguen retorcidas.

Este comunicador, como otros muchos y un numeroso sector de la sociedad, están desconcertados con la incomprensible actitud de estos “opositores”, no “opositores”, permaneciendo calladitos ante las dañinas acciones presidenciales. Los interrogó, incluyendo un sutil reproche, sobre la razón por la que no se oponían. Sin captar la reprensión, expusieron argumentos tan pobres, que nada justificaron.

Se supone que algunos, por sus exitosos desempeños, preparación, inteligencia, sensibilidad, capacidad de diálogo y otras cualidades, podrían ser excelentes presidentes, para enfrentar la crisis que viene. Además, parece que no tienen colas pisables. Han surgido políticos que aparentemente quieren el bien, pero por su cola, el enemigo los doblega para hacer su voluntad. Pero como estos cuates, no suelen ser muy patriotas, para evitar la cárcel, el desprestigio o algún otro problema, ceden. Les importa más su impunidad que la patria y la traicionan. Ahí está el ilustrativo caso de Peña, que, con tal de quedar impune, vendió al país. No puede alegar en su defensa, ignorancia, pues seguramente lo tenía bien investigadito. Así que bien supo a qué clase de bicho entregaba nuestra patria y las consecuencias. Me estoy saliendo del tema, pero estoy tan “encaboronado” que agarro parejo.

Estábamos en que, entre los “preprecandidatos opositores”, no opositores, hay magníficos elementos que, podrían ser el presidente adecuado para iniciar la reparación de los males que esta causando el régimen que no es igual a los de antes. Pero hay un pequeñito problema. Para llegar a la silla, “antes”, es indispensable ser opositores de verdad, para inspirar confianza y obtener los votos suficientes. No me cabe en la cabeza, que alguien que dice querer ser presidente de México, se mantenga impávido ante tal catástrofe. ¿Dónde queda su amor a la patria?

Podrán ser extraordinarios presidentes, pero si carecen del coraje para enfrentar a nuestro peor enemigo, no sirven. Menos, cuando un sector importante se pregunta, ¿dónde está la oposición? Y como, nuestro “Becario de Palacio”, no escuchan. Además, hay comunicadores que los critican y hasta se burlan. Esto está para llorar, pues ni unos, ni otros los hacen reaccionar. Máxime que vimos en acción a un opositor muy combativo, aunque teatral y falso.

Como el régimen “desigual”, no era tan terrible, tenía que inventar o distorsionar. Aunque con Peña, la corrupción se disparó, hubo obras positivas. Sus maldades, comparadas con las actuales, resultan inocentes travesuras infantiles. Y como, por desgracia, absolutamente todo lo que hoy hace presidencia es tan perjudicial, un verdadero opositor tiene material de sobra para su campaña. Y a pesar de esta calamidad e inconformidad social, ni opositores, ni partidos políticos entienden que deben reaccionar.

Pude haber malinterpretado sus palabras, así que recomiendo tomar esto con reserva. El comunicador sutilmente les recriminó su pasividad. Al primer cuestionamiento, muy orondos

expusieron que no enfrentaban la conducta de “YSQ”, porque tenía buena aceptación social. Interpreté que, creían que, si lo criticaban, iban contra la sociedad. Esta babosada, no fue lo que más me asustó, sino que quedó como extasiado. Aunque confieso que mientras tocaban el tema de la no oposición, todo el tiempo estuve espantado, así que, para no ser repetitivo, no volveré a mencionarlo, pero sostengo que estuve “encabritado” y atemorizado, mientras oía sus disparates.

Efectivamente, las encuestas, algunas cuchareadas, muestran buena aceptación del “Mesías”, gracias a la afinidad enfermiza que existe, entre el demagogo engañador que hace promesas que solamente suenan bonito, con una masa ignorante, engañada, resentida, irracional, que se traga sus cuentos.

Si como simple ciudadano del montón, me siento agredido y lo comento en mi metro cuadrado. Esperaría que lo hicieran enérgicamente. Así, me inspirarían confianza. Pero no lo hacen. Estoy seguro, que abundan los compatriotas encanijados y desconcertados, con esos “opositores”. Pareciera que el atole con el dedo, no solo fue transfundido en las venas del pueblo “bueno”, sino también corre en las de los “opositores”. Y todos muy conformes. Así no se antoja votar.

Si la fama de un gobernante se cimenta en la mentira y el fanatismo, la sociedad debe buscar estrategias efectivas para vencerla. Aunque parezca una “misión imposible”, no hay que darse por vencidos. Lo que está en riesgo vale demasiado.

Estuvieron tan mal, que hasta se atrevieron a declarar que en algunos temas estaban de acuerdo con el ocupante palaciego. Como poner en primer lugar a sus “amados pobres”. Con estos argumentos, parecen unos inocentes niños bobos. Él ya dijo que usa a los pobres como estrategia, pues como buen globalista, solo le interesan para multiplicarlos. Y confirmó, diciendo que los pobres e ignorantes votan por él.

Sostienen que no conviene presentar temprano un candidato, porque el jefe de campaña y dueño de MORENA, lo tronaría o presionaría. Como ya doblegó a algunos, agarrándolos de su larga cola. Olvidan que existe un individuo que, desde su infancia, trae una carga bien negativa y sin embargo lleva más de dos décadas en campaña, sin “tronar”. Es más, se siguió de frente, y ahora, lo hace ilegalmente con más pasión, más tiempo y más “cash”, desde la presidencia. Y cuenta con un INE más que “tocado”, está muerto. En esa ilegal encerrona entre el árbitro y el dueño de uno de los equipos competidores, equivale al certificado de defunción del INE. Trae tanto vuelo, que luego olvida que el gobierno es él y arremete contra los de “arriba”.

Dijeron no enfrentarlo, buscando la reconciliación. Pero no se puede negociar, con quien no oye, ni tiene palabra, ni nada de honor, aunque se lo ordene la Corte. Si encontramos a alguien violando a una niña, no podemos, por “buenos modales”, dejarlo que termine. Hay que evitarlo. Por esto, necesitamos opositores que se opongan, más que, como nosotros, también son mexicanos ofendidos.

Reconocen que enfrentamos a un régimen autoritario, un intento de dictadura, que dejará un México sin libertades, sin progreso y sin prosperidad, pero no les importa.

No me puedo alargar comentando su condescendencia y tolerancia para el “campañero” de MORENA. Pero resumiendo, mostraron que no tienen interés en oponerse, aunque lo pida a gritos la sociedad y sea urgente. Comentaron que no querían ser caudillos. Efectivamente, no queremos

caudillos, nos han resultado demasiado caros, pero si requerimos “preprecandidatos” patriotas que enfrenten con categoría al enemigo. Sobe todo, ahora que está redoblando sus ataques.

Como ya pudimos constatar, para derrotar a tan poderoso enemigo, también necesitamos usar estrategias efectivas contra el poderosos abstencionismo. Con deferencias al enemigo, no lo lograremos. La tripa ya habló, aunque no soltó todo lo que trae, ya se calla.

Ante este panorama, hay que insistir, que no debemos dejar de pedirle a Dios con toda el alma por México, pues con estos políticos, opositores y pueblo, vamos directito a precipicio.

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