Ante la nueva normalidad, cada vez más digital en procesos clave de negocio, las pequeñas y medianas empresas han mostrado un mayor interés por adoptar aquellas herramientas que les permitan ganar eficiencia y rapidez en temas fundamentales de operación, como procesos de pago o trabajo remoto y colaborativo, sin embargo, ¿cómo responder a aquellos aspectos que están fuera de sus manos y que pueden tener un impacto en la forma en que ahora laboran?
En la experiencia que hemos tenido como expertos en tecnología y asesores de negocios, hemos observado que un 40% de las empresas -de cualquier tamaño y giro- que sufren una interrupción en sus sistemas críticos, suelen cerrar en los siguientes seis meses. Si la interrupción dura dos semanas es prácticamente imposible seguir adelante con el negocio, ante la imposibilidad de recuperar la información de la cual dependen sus operaciones.
Es por eso que hay un marcado interés por adoptar soluciones de “Recuperación ante Desastres” o DRaaS (Disaster Recovery as a Service) por sus siglas en inglés, que -a diferencia de los respaldos en la Nube- esta solución replica toda la información y aplicaciones críticas de la empresa en uno o varios servidores virtuales, ubicados en centros de datos remotos de ultra alta disponibilidad, habilitados para mantener las operaciones de la empresa, aún en escenarios desafiantes.
¿Cuáles pueden ser esos escenarios? Los negocios saben que hay diversos factores que pueden interrumpir su operación: desde un error humano hasta un desastre natural como un sismo, una tormenta u otra situación de este tipo. Estas últimas situaciones son un riesgo importante dado que -generalmente- conllevan interrupciones en el servicio eléctrico o de conectividad, e incluso, algún tipo de daño en la estructura de las instalaciones lo cual lleva a detener el negocio, en ocasiones, por tiempo indefinido.
No es una exageración, en especial si tomamos en cuenta que de acuerdo con un informe de la oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios, América Latina y el Caribe es la segunda región más propensa a eventos naturales como inundaciones, terremotos o temperaturas extremas. De hecho, este año tuvimos un récord de 25 tormentas nombradas, sin que concluya aún la temporada ciclónica del Atlántico; de las cuales, 10 afectaron directamente a Estados Unidos y tres a México.
Es por ello que los negocios requieren de este tipo de acciones para mitigar los riesgos, ya que mientras su servidor principal o la instalación donde se encuentra puede verse afectado por un incidente, toda la información y aplicaciones críticas están “duplicadas” como lo hemos mencionado anteriormente.
Así, ante estos eventos, la empresa sigue operando en estos servidores virtuales (DRaaS); y una vez que se restablezca la normalidad de las operaciones, los datos quedan salvaguardados y listos para regresar las operaciones a los servidores primarios de forma segura, ya que, además, este tipo de soluciones permite el acompañamiento de un proveedor externo, responsable de la instalación y administración de la solución, sin que implique una inversión adicional en espacio de almacenamiento, gastos de mantenimiento, conectividad o servidores adicionales.
Es una señal positiva que estas soluciones tecnológicas sean aprovechadas por un número cada vez mayor de empresas de todos tamaños y giros comerciales o industriales, no sólo como una forma de mitigar riesgos ante una contingencia, sino también para fortalecer la confianza entre sus clientes, proveedores y colaboradores de llevar la continuidad en las operaciones, lo que sin duda, son dos elementos clave que facilitan a los negocios centrarse en impulsar su crecimiento e innovar.
Director de KIO Managed Services en KIO Networks