A solo una semana de que la Lotería Nacional (Lotenal) lleve a cabo el sorteo del monto equivalente al valor del avión presidencial que prometió vender el presidente Andrés Manuel López Obrador , su director Ernesto Prieto actualizó la información en sólo 166 palabras en un minuto con 22 segundos en la conferencia mañanera del 8 de septiembre: se han vendido 3 millones 815 mil 200 billetes, equivalentes al 63 por ciento del total de seis millones.
Al corte previo del 11 de agosto pasado, Prieto informó que faltaba por venderse 66 por ciento. Esta semana la situación prácticamente se invirtió, pues se quintuplicó la velocidad a la que se vendieron los billetes : del 10 de marzo (día en que se anunció la rifa) al 11 de agosto, se vendieron alrededor de 13 mil billetes diarios en promedio; del 11 de agosto al 8 de septiembre se vendieron alrededor de 62 mil billetes diarios en promedio. Aún con la nueva velocidad, se terminarían de vender todos los billetes el 14 de octubre. El sorteo será el 15 de septiembre a las 4 p.m.
Hasta ahí “todo bien”. Sin embargo, AMLO tomó la palabra y anunció que se entregarían mil billetes a cada uno de los 976 Hospitales COVID , lo que permitiría dos cosas: la primera, que restaran por venderse poco más de la mitad de los dos millones de billetes faltantes (facilitando completar el monto del sorteo) y la segunda, que de resultar ganadores, los trabajadores de la salud en los hospitales decidirían cómo utilizar esos $20 millones de cada uno de los 100 billetes premiados (siempre y cuando sea en la adquisición de equipo médico o mejoras a las instalaciones, la finalidad última del sorteo).
Las dudas surgen desde diversos ángulos, no solo desde la cuestión por la cual AMLO decide rifar los recursos a los hospitales en vez de entregarlos directamente. Son relevantes las preguntas sobre el origen de los recursos para financiar el sorteo y, sobre todo, para adquirir el millón de billetes que se “regalaría” a los Hospitales COVID, que provendrían de $500 millones de pesos que la Fiscalía General de la República (FGR) aportaría al Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep).
¿Cómo se justifica que el Indep entregue recursos a la Lotenal para comprar billetes de su rifa? ¿Cuál es el origen de los $500 millones de pesos que la FGR entregaría al Indep para comprar los billetes? ¿Dónde quedaron los $2 mil millones de pesos que entregó la FGR en un cheque al Indep para financiar el sorteo? Más aún, ¿dónde quedaron los recursos comprometidos por 75 empresarios, invitados a cenar tamales de chipilín en Palacio Nacional que, según AMLO, equivaldrían a la compra de la mitad de los seis millones de billetes?
Auditorías de 2014
establecen que la Lotenal no garantiza su rentabilidad operativa ni la reserva técnica para el cumplimiento de sus obligaciones de pago. Quizá, por ello, desde 2018 se aprobó la extinción de su fideicomiso público, y en enero de 2020 se abrogó su ley orgánica y se ordenó la fusión con Pronósticos Deportivos. Quizá las dudas de la rifa del avión presidencial preceden al financiamiento del propio sorteo y se enfocan, más bien, en las facultades legales de las instituciones que permitirían su realización. Es decir, el problema no parece ser tanto si se rifa el avión o su equivalente, sino a través de qué instrumentos y con qué justificaciones legales se puede acceder a los recursos y su transferencia entre dependencias.
Lo que en su momento fue para AMLO una fácil solución para cumplir una de sus más importantes promesas de campaña, hoy la rifa del equivalente del avión presidencial (que sigue sin venderse) es una apremiante necesidad de apenas completar lo necesario para cubrir los premios. ¡Suerte para todos!
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Director General de SPIN
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