Se viene otro escándalo de piratería en la Fórmula 1, el presunto culpable, Aston Martin . La escudería británica fue el foco de atención desde que salió su monoplaza de los boxes ¿por qué? Porque es idéntico al coche que tiene Red Bull, pero de color verde y de inmediato se soltaron los demonios en el paddock de Montmeló.

Para entender cómo funciona la Fórmula 1, tenemos que dejar la doble moral de un lado; seamos sinceros, en la máxima categoría históricamente todos copian a todos, cuando algo funciona, claro. Alerón delantero, templates, piezas del motor, todo está al escrutinio primero de la funcionalidad y luego de la legalidad.

Recordemos los dos casos más recientes de piratería, el primero y quizá el más sonado ocurrió en el año 2007, el llamado “Spygate”, Mclaren fue acusado de obtener mediante un ingeniero que trabajara en la sede italiana de Maranello planos que contenían información técnica confidencial del equipo Ferrari y que terminó con una sanción nunca antes vista, multa de 100 millones de dólares y la pérdida de todos los puntos obtenidos en el mundial de constructores, lo que se vino después fue una ruptura brutal entre pilotos y directivos del equipo Mclaren.

El otro caso de piratería fue hace apenas dos años, e incluso benefició al piloto mexicano Sergio Pérez, c uriosamente de la mano del mismo dueño que está involucrado ahora. En 2018, el multimillonario canadiense Lawrence Stroll compró al equipo Force India cambiándole de nombre un año después por el de Racing Point. Con dos temporadas malas, en 2020 su coche era muy bueno, competía por encima incluso de los Ferrari, su parecido al Mercedes era tanto, que lo llegaron a llamar el “Mercedes rosa”. Para no hacer el cuento largo, las otras escuderías se quejaron, menos Mercedes, obvio, que les proveía motores y les vendió tecnología, quedando solo en una mínima sanción por los frenos traseros; con ese monoplaza Checo ganó en Shakir a finales de 2020 por primera vez en la F1.

Pues dos años después, otra vez Lawrence Stroll, mismo equipo, pero con diferente nombre, Aston Martin, pero ahora el problema puede ser más severo porque hay pruebas; a finales de 2021 Aston Martin contrató a siete ingenieros de Red Bull, los mismos que hoy son sospechosos de haber filtrado esos desarrollos del equipo austriaco y que se vieron el viernes en las prácticas libres del circuito de Montmeló.

Bajo la idea que en la Fórmula Uno todo lo bueno se copia, ese copy-paste tiene un límite y debe cumplir con los reglamentos de la FIA, que no infrinjan alguna transferencia tecnológica inversa que sería una clara violación de las normas.

Por lo pronto, Red Bull mediante una carta a la FIA ha protestado de manera severa esta copia burda que ha hecho de su RB18 Aston Martin, que respondió diciendo que la versión aerodinámica que tienen ya había sido probaba en noviembre de 2021. Sin embargo, a simple vista es evidente lo parecido, y esta vez, contrario a 2020, sí pueden salir quemados.

@lea_deportes

Google News

TEMAS RELACIONADOS