Vivimos hoy en día una polarización de opiniones y puntos de vista en prácticamente cualquier tema de importancia. Desde la situación económica de nuestro país, hasta si el virus del COVID es real o un invento. Hace algunos años todos estos temas eran fácilmente comprobables gracias a un enfoque a razonar basados en datos provenientes de una investigación rigurosa. Los que estudiamos economía aprendimos muy rápido que el razonamiento derivado de la obtención de datos es parte indispensable de cualquier observación o conclusión. Cualquier opinión debería de estar sustentada en datos provenientes de una investigación robusta. Recuerdo a uno de mis grandes maestros que invariablemente después de una opinión nos preguntaba “¿cuáles son tus fuentes de información?”. Evidentemente no había espacio para creencias personales cuando se trataba de debatir temas importantes. Las buenas intenciones no cuentan. Lo decía con toda claridad Milton Friedman, el gran economista estadounidense del siglo pasado: “Uno de los grandes errores es juzgar las políticas y los programas por sus intenciones y no por sus resultados”.

Para regresar a la construcción de ideas y debates armados con bases firmes es indispensable entender por qué es importante. Razonar significa analizar cuidadosamente los temas o hacer el estudio detallado de los problemas específicos, haciendo uso de métodos científicos especiales. Investigar la verdad se puede hacer sobre literalmente cualquier tema. Con el fin de tener un razonamiento impecable, en primer lugar, es necesario tener un tema o el problema en el que se puede razonar hacia la verdad. El tema debe tener preguntas relevantes para responder. Algo que siempre ayuda durante la investigación, son las preguntas que surgen una tras otra. Estas preguntas generalmente conducen a nuevas ideas, revisiones y mejoras. Ciertos pasos se tienen que seguir, como la observación, luego la investigación de información relevante, después la preparación de hipótesis, y finalmente la realización de un experimento simple. Todo esto, será muy útil en el proceso de investigación haciendo que los datos sean más efectivos y útiles.

La cuestión de qué hace que algo sea verdad es más relevante que nunca en esta era de hechos alternativos y noticias falsas. La lógica es una habilidad increíblemente importante, y debido a que la usamos cada vez menos en la vida cotidiana, nos beneficiaríamos en poder aclarar los métodos que usamos para sacar conclusiones. Saber qué hace que un argumento tenga peso es valioso para tomar decisiones y entender cómo funciona el mundo. Nos ayuda a detectar a las personas que nos están engañando deliberadamente a través de argumentos poco sólidos. Entender el razonamiento también es útil para evitar falacias y para poder negociar y acordar puntos de vista. Como decía el padre del pensamiento económico moderno, Adam Smith: “la ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición”. ¿Así o más claro?

Director General de Strategy Primus, Presidente del Comité de Difusión de la Coparmex, @LuisEDuran2

Google News

TEMAS RELACIONADOS