Ya vamos para casi un año y medio de esta pandemia y corremos el riesgo de subestimar la escala y la velocidad del cambio que ha ocurrido en este tiempo. Todos hemos visto cómo en estos meses la forma de trabajar, la forma de interactuar con otros y, en general, todas las actividades humanas se han visto impactadas. Cambios vertiginosos de nuevas maneras de vivir y avances tecnológicos que han transformado muchos aspectos de nuestra vida diaria y laboral. A medida que entramos en la era post-COVID, es nuestra responsabilidad como líderes empresariales navegar estos cambios con integridad y proporcionar un liderazgo positivo e impactante a medida que el panorama empresarial toma una nueva forma.
En años recientes, muchos trabajos implicaban largas jornadas de trabajo y pocas oportunidades para el desarrollo profesional o la realización personal. Ahora tenemos la oportunidad de replantearnos muchos de estos temas. La era digital y los aprendizajes de esta pandemia nos dan una oportunidad para reinventar el trabajo y el lugar donde trabajamos. La conectividad conduce a un espacio de trabajo más inclusivo, una oportunidad para colaborar sin importar la distancia que puede existir entre las personas. La era digital ahora nos permite trabajar en cualquier lugar y en cualquier momento, jugando un papel vital en el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar.
La tecnología democratiza las capacidades humanas-físicas e intelectuales. Podríamos ser capaces de entregar tareas intensivas en mano de obra o altamente analíticas a máquinas y robots. Es probable que utilicemos tecnologías digitales como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para impulsar las habilidades, el talento y los resultados de nuestra gente. En nuestro país y en algunos sectores y mercados, la falta de habilidades de TI ya está frenando la transformación digital. Es momento de alentar activamente a los jóvenes a estudiar ciencias, matemáticas e ingeniería para aumentar el grupo de futuros candidatos. También podemos mejorar la empleabilidad atrayendo a más mujeres a la industria de la tecnología. Hoy por hoy, las mujeres están drásticamente sub-representadas en la esfera tecnológica mundial: según reportes del Foro Económico Mundial sólo el 24% de la fuerza laboral de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es femenina.
Si necesitamos empleados que puedan hacer todo eso, entonces necesitamos líderes que coincidan. Tendremos que aprender nuevas formas de liderar: cómo manejar con éxito a las personas que no están sentadas en la oficina donde las podemos ver; cómo medir y recompensar en un lugar de trabajo virtual y cómo conectar virtualmente diversos conjuntos de habilidades que conduzcan a resultados óptimos. Para un mundo Post-COVID necesitamos líderes que sean emocionalmente inteligentes y capaces de modelar, desarrollar e impulsar el trabajo cooperativo. Líderes que entrenen, en lugar de mandar; que sean impulsados por la empatía, no por el ego. Esta revolución digital necesita un liderazgo diferente, más involucrado y más humano.
*Director General de Strategy Primus, Presidente del Comité de Difusión de la COPARMEX.