Hay señales muy positivas en los esfuerzos encaminados a cerrar la brecha salarial de género en nuestro país.
En primer término, colocar este tema en el centro del debate es un avance importante pues visibiliza y concientiza sobre el impacto que tiene este obstáculo para lograr la igualdad de género en el empleo.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la brecha salarial en México es de alrededor de 15% en el sector formal, pero crece hasta 45% si se considera el sector informal.
Un dato particularmente alarmante es que, según el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), de cada 100 personas excluidas del mercado laboral, 87 son mujeres. De ellas, la mitad no tiene quién cuide a sus hijos y personas dependientes.
Estos datos nos hablan de que se trata de una problemática compleja, multifactorial, y que, si bien varía por sectores, es persistente en la participación laboral femenina.
Por tanto, para aspirar a un país más equitativo, justo y con movilidad social, es crucial avanzar aceleradamente hacia la eliminación de disparidades en la remuneración entre hombres y mujeres.
Es por ello alentador, que además de posicionar este tema en el debate público, recientemente se han presentado acciones puntuales que buscan atender este tema de fondo.
Al respecto, es positiva la reciente declaración de la colaboración por la igualdad salarial emitida por legisladores de distintos partidos, pues refleja la voluntad, pluralidad y construcción de consensos sobre este importante asunto, además de que abarca las distintas esferas desde las cuales se debe atender la brecha salarial, tales como: acciones de conciliación entre familia y trabajo, ampliación de los servicios de seguridad social, asistencia y de cuidado, así como programas sociales dedicados a las mujeres y sus familias.
Otra medida acertada para eliminar la brecha salarial es que el Presidente haya enviado al Senado la solicitud para la ratificación del convenio 189 de la OIT sobre el trabajo decente para los trabajadores domésticos —de los cuales nueve de cada 10 son mujeres—, misma que fue ratificada por la cámara alta. Este es un paso significativo e indispensable en la lucha por los derechos laborales de este sector.
Dada la relevancia que tiene el contar con un sistema de atención de cuidados para facilitar la incorporación, permanencia y desarrollo de las mujeres en el mercado laboral, es una buena señal también que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y el director del IMSS, Zoé Robledo, reconozcan este asunto y se comprometan a trabajar hacia un sistema integral de cuidados.
Aunado a estas medidas que se están implementando en el sector público, para poder avanzar decididamente a lo largo del año por comenzar, se requiere la participación y corresponsabilidad del sector privado y de cada uno de nosotros como empleadores.
Es necesario que las organizaciones cuenten con una política de remuneración salarial para garantizar que hombres y mujeres reciban el mismo salario por el mismo trabajo.
La OCDE recomienda la transparencia en el pago como un motor clave para cerrar la brecha. Y en el caso del empleo doméstico, es digno reconocer el valor de organizaciones como Hogar Justo Hogar que promueve el empleo justo y legal en casa.
Finalmente, sería deseable contar con más y mejores datos que permitan cuantificar, evaluar y monitorear el valor y el impacto que tienen las distintas acciones para cerrar la brecha salarial de género, pues solo así se podrá enfocar esfuerzos y recursos en aquello que ha probado contribuir a derribar esta terrible inequidad.
Presidente y director general de Laureate México y de UVM, y presidente
de la Comisión de Educación de Coparmex
Twitter: @LuisEDuran2