"La política es como un fuego: si lo dejas sin supervisión, puede quemar todo lo que has construido".

Neta, ¿por qué son tan imbéciles?, ¿por qué son tan indeciblemente ruines?, ¿por qué están tan asquerosamente rebosantes de mezquindad?, ¿será que, realmente, tenemos al gobierno que merecemos?

Cuando López Obrador comenzó su sexenio prometió novedosas visas de trabajo para quien quisiera quedarse en México, este sería “un país abierto para todos”, el nirvana latinoamericano, un oasis de oportunidades para los miles y miles de migrantes en pos de la supervivencia, ¡ajá!

Pero poco tiempo después, como en muchas otras cosas, el Presidente tuvo que tragarse sus palabras y, en lugar de edén prometido, vinieron los toletazos sin apapacho con la militarización del control migratorio a manos de los más de 40 mil elementos de la Guardia Nacional que Trump nos obligó a desplegar en nuestras fronteras, so pena de un castigo impagable en aranceles y guerra económica.

Nos convertimos, en los hechos, en un tercer país seguro (o “inseguro”) para cualquiera que quisiera solicitar asilo en los Estados Unidos: dice Mike Pompeo que nos doblamos a la primera, dicen acá que no había de otra; da igual, de todas formas terminamos fregados.

Desde entonces, empezamos a ver cómo la Secretaría de Gobernación, mediante el Instituto Nacional de Migración, implementaba los eufemísticamente llamados centros de retención o albergues para migrantes, que son, en realidad, cárceles llenas de violaciones de derechos humanos repletas de todo tipo de vejaciones, prisiones opacas en su funcionamiento, escondidas bajo el choteado escudo de la “seguridad nacional”, instalaciones siniestras repletas de celdas comunales, sin luz, sin ventilación, sin la mínima dignidad, lugares de mierda para gente inocente, porque, seamos claros: un migrante “retenido” no es un delincuente, es una persona sin papeles, no es un violador, no es un asesino, no es un ratero, es, simplemente, una persona pobrísima sin documentos que está desesperada para buscar una oportunidad de vida.

Y también, desde entonces, se advirtió de los riesgos de esos centros de concentración, se documentaron ampliamente los malos tratos, se llamó a buscar una solución más racional, más “humana”.

Pero para el presidente López Obrador y su 4T, todo era un invento, politiquería de sus malquerientes, amarillismo para vender periódicos y subir el rating.

Y parece que su opinión no ha cambiado; por ejemplo, para Adán Augusto López es más preocupante que se haya filtrado el video donde se ve cómo el personal del INM deja encerrados a los migrantes en medio de las llamas, a sabiendas de que terminarían muertos, que el hecho mismo de la negligencia, ¡Adán está más preocupado porque se filtró el maldito video!, en su acomplejada pequeñez a nuestro secretario no le importa nada más que su pellejo político, ¿migrantes quemados?, ¡es culpa de Marcelo!, ¡todo es culpa de Marcelo!, porque él, don Adán, solo se dedica a lamer suelas y presionar legisladores, ¡que no le vengan al secretario con esas nimiedades de las jerarquías administrativas!

¿Merecemos esto?, ¿no seremos más como país?, ¿no podríamos dar un poquito de dignidad a nuestros foráneos cómo la que exigimos a pata rajada a los masiosares? Veo las redes repletas de racismo, de mentadas de madre a los hermanos migrantes que los culpan de su propia tragedia y todo dicho para defender al amado líder.

Sí, tal vez lo merecemos. Tal vez sí.

De Colofón.- Ya, hablando en plata: ¿realmente cuántos panistas van a votar por el PRI? Y todavía faltan, exactamente, 1 año 6 meses para se acabe el sexenio.

@LuisCardenasMX

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