La pregunta se repite una y otra vez: ¿Se puede vencer a Morena?, ¿la 4T podría terminar en este mismo sexenio?, ¿Xóchitl Gálvez es realmente tan poderosa como para vencer al invencible lopezobradorismo?

A ver, en política casi todo es posible. Hace tres meses la virtual candidata de la oposición ni siquiera figuraba entre los aspirantes y era vista como la carta fuerte para la Ciudad de México que, por cierto, tampoco tenía muy amarrada. Xóchitl cambió el escenario por completo: eso es cierto, pero no es suficiente para ganar la elección presidencial. Aquí van algunos puntos que considero clave:

1. La 4T tiene unos 23 millones de votos de saque, sí, leyó bien ¡23 millones!, y el número no es un capricho, se obtiene de sumar el total de votos obtenidos en la elección federal de 2021, incluyendo a los partidos que, si bien perdieron el registro (PES, Fuerza por México y RSP) sí llevaron unos 3 millones de votos a la 4T.

2. El Frente Amplio tiene unos 19 millones votos de saque, 4 millones menos que la 4T. Si Movimiento Ciudadano se sumara al Frente la cosa cambiaría y el número rondaría los 22 millones, lo que haría al frente sumamente competitivo y con amplias posibilidades de triunfo. Sin embargo, dadas las últimas declaraciones de Dante Delgado y la división cada vez más profunda en el partido naranja, es muy probable que esto no ocurra.

3. Considerando que el padrón electoral ha crecido, si se repite o se supera la votación del 2018 donde participó el 63% de la votación, estaremos frente a un mercado de unos 55 millones de votos, restando el voto duro de los jugadores, tenemos unos 10 millones de votos vacilantes que realmente pueden definir la elección; por lo tanto, para que Xóchitl gane necesitaría convencer al menos a la mitad, unos 5 millones.

4. Xóchitl Gálvez es un personaje carismático: tiene una historia de éxito basada en la cultura del esfuerzo que a muchos mexicanos les puede resultar extremadamente atractiva; la mujer indígena que termina convertida en ingeniera a pesar de mil y un adversidades. Sin embargo, aún necesita ser conocida y jugar mucho en la narrativa para ganar un saldo positivo de peso.

5. Viene una guerra sucia fortísima contra Xóchitl Gálvez por lo que el oficialismo considera sus tres puntos más débiles: una hermana en la cárcel acusada de secuestro, el hecho de que su fortuna venga por contratos gubernamentales de varios gobiernos y que sea apoyada por personajes impresentables de la vieja política mexicana del PRI, PAN y PRD. Hasta el momento la candidata ha respondido bien a secas, pero habrá que ver cómo se desenvuelve cuando la estridencia en su contra suba a niveles inéditos con los clásicos golpes bajos de la política.

6. El anti-lopezobradorismo no es aún una mayoría, pero tampoco lo es el ultra-lopezobradorismo. Es cierto que la popularidad del presidente ronda el 60% pero ese número no representa en su totalidad a sus fanáticos cuasi religiosos. Hay mucha gente a la que el presidente simplemente le “agrada” por ocurrente, por dicharachero o porque sí; pero no por eso “aprueba” sus acciones de gobierno. Aunque se sienta polarizante, esta elección, curiosamente, será definida por los electores menos politizados.

De Colofón.-

Las tragedias podrían cambiar radicalmente los números que presentamos en esta columna, algo como la Línea 12 del Metro o un escándalo mayúsculo, realmente grande, que involucrara a personajes claves de las candidatas o a las candidatas mismas: Esto puede hacer un jaque adelantado.

Y solo faltan ¡8 meses y 25 días! para la elección presidencial.

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