Si yo hubiese de escoger, más querría con mediano ingenio buen juicio, que con razonable juicio buen ingenio. Porque hombres de grandes ingenios son los que se pierden en herejías y falsas opiniones por falta de juicio. No hay tal joya en el hombre como el buen juicio. JUAN DE VALDÉZ, Diálogo de la lengua

Seamos claros, la reforma al Poder Judicial pasará en septiembre a menos que ocurra lo altamente improbable como: 1) El Tribunal Electoral decida al final no otorgarle sobrerrepresentación a la 4T en el Congreso o 2) La 4T termine por dar prioridad a la templanza y razón sobre la estridencia y la víscera.

La verdad, no creo que pase ni lo uno ni lo otro y justamente en lo altamente improbable, en lo casi imposible, está centrada la narrativa de nuestra famélica oposición.

El discurso de la 4T es eficaz, aunque falaz, se entiende rápido, se entiende bien y se sabe fuerte, máxime cuando nace de una raíz inapelable: “el poder judicial no sirve”.

Sí, sí, sí… ya sé que la cosa es compleja, ya sé que el poder judicial no es igual entre el federal y de los estados, ya sé que no todo es el sistema penal. Sí, sí, sí ¡ya lo sabemos!, el problema es que entre más compleja venga la respuesta de la oposición más fácilmente se diluirá. Por eso, es importante partir de la base irrefutable que comienza desarmando con que el poder judicial no sirve.

Veamos estos silogismos sin filias ni fobias:

-Todos los jueces son parte del poder judicial, el poder judicial es corrupto, luego entonces todos los jueces son corruptos.

-Todos los jueces ganan mucho dinero, Ganar mucho dinero corrompe, luego entonces todos los jueces son corruptos.

-Todo mandato del pueblo nunca se equivoca, el voto es un mandato del pueblo, el voto (por los jueces) nunca se equivoca.

¿Suena estúpido?, ¿a una vieja clase de lógica para bachilleres?, puede ser que sí, pero es justamente de falacias argumentativas como esas con las que se construye la poderosa narrativa oficialista.

La complejidad que esgrime la oposición es aburrida por abstrusa y no responde a los argumentos de la 4T con claridad. Me sorprende lo fácil con lo que se podrían desmentir las falacias y lo poco creativo que resulta nuestra clase política para hacerlo, ahí van algunas ideas en el mismo tono:

-Toda elección tiene narcocandidatos, todos los jueces serán electos, luego entonces habrá jueces narco candidatos.

-Los jueces no atrapan a los criminales, los fiscales atrapan a los criminales, luego entonces con nuevos jueces, los criminales no serán atrapados.

-Ser médico es una profesión de alta especialización que no se gana por un voto popular, ser juez también, por lo tanto votar a un juez no garantiza su especialización.

Mis silogismos son huecos, nacidos de botepronto, simples esbozos, pero ni eso ha surgido con claridad desde la oposición.

¿Es tan difícil combatir el argumento de que los jueces no son multimillonarios?, ¿todo debe centrarse en defender ministros antes que defender ideas?, ¿se saben tan derrotados que no vale la pena el esfuerzo?

La verdad, lo único que le queda a la contra de la 4T es la narrativa… Y en esa también están perdiendo.

De Colofón.- No pinta fácil la sucesión de Marko Cortés. Si bien el nombre de Jorge Romero se vende como favorito, Damián Zepeda presentará una encuesta donde dobla números en conocimiento y opinión.

El reto de Zepeda es claro: Que a la de ya, no para después, se forme un proceso abierto con foros, debates en todo el país y que termine con una votación abierta a toda la ciudadanía.

Kenia López Rabadán y Adriana Dávila también ponen en la mesa la urgencia de renovarse. Al menos todos coinciden en una cosa: hay crisis.

Ya le tocará a la siguiente dirigencia conciliar o terminar de sepultar al PAN en una tumba de soberbia.

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