“Los del gallinero pueden aplaudir, los del palco
basta con que hagan sonar sus joyas.” John Lennon.
Sí, hubo acarreados, “personas con requirimiento de apoyo logístico de transporte”, en el Zócalo, para el informe 1.4 del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sí, hubo acarreados, “personas con requerimiento de apoyo logísitico de transporte”, en la marcha opositora, la que llaman fifí, la del Ángel.
No hay datos oficiales, calculan unos 25 o 30 mil en los mejores escenarios para los opositores y unos 120 mil para el presidente.
En el Zócalo, la mayoría se notaba feliz, los habían llevado a ver al ídolo, eran acarreados convencidos, el pueblo bueno que desterró del poder a los corruptos, a los que todo lo tienen y todo lo quieren, a los que nunca les dieron derecho de audiencia, a los que los ignoraron por completo durante décadas, a los que mandaron a chingar a su madre. Sí, estaban felices.
En el Ángel, la mayoría está molesta, indignada, no dan crédito de cómo en 365 días el presidente ha desmantelado tanto, destruye una y otra y otra y otra vez, en su efigie retratan a Castro, a Evo, a Chávez, a Maduro, en la realidad del país vislumbran al Foro de Sao Paulo, una dictadura comunista que los aterroriza mientras sus sirvientes les cargan las aguas y los escoltan, todos vestidos de blanco, no vaya a ser aquello de la inseguridad.
Pero también, en el Ángel caminan hacia el Monumento a la Revolución muchos hombres y mujeres de clase media, educados en la meritocracia, en la aspiración de algo mejor mediante el trabajo, muchos que rechazan la dádiva como una forma de vida.
Unos niegan a los otros, quieren, incluso, hasta negar su existencia misma, ni en el Ángel ni el Zócalo hay espacio para el debate libre, racional y consciente, queda claro que el populismo dominará la agenda nacional de los próximos años: negar a quien no piensa como uno es la premisa fundamental.
Tristísimo el panorama del futuro, radicalizados todos, los enemigos se arman con base a una figura, la de un hombre que encarna algo similar a una religión, repleta de dogmas, desbordada de sinsentidos… Es el México populista, es una nueva era que no pinta nada bien.
Y lo peor… cero empatía.
De Colofón
Para la Cuarta, en la lucha del nuevo asiento en la Suprema Corte de Justicia de la Nación se juega mucho más allá del nombramiento, son proyectos de país… Los Aluxes no tienen cartas.
@LuisCardenasMX