“En un instante tenía mi propósito de año nuevo:
aspirar a más” —Jude Law en Alfie
Este 2019 fue un año muy convulso, quizá para algunos en extremo positivo, quizá para otros uno de los peores que se tenga memoria, complicado, sí, prácticamente para todos y difícilmente desapercibido, 2019 será por un buen rato un parteaguas en la historia contemporánea del país, ya el enfoque dependerá de las filias y fobias de cada quien.
Vamos por partes, primero, a mi juicio lo peor del año:
1. La violencia, casi es seguro que cerraremos este 2019 como el año más sanguinario en la historia reciente de México, decenas de miles de asesinatos, fosas clandestinas que se esparcen como plaga por todo el territorio, el drama de los desaparecidos que se incrementan y la desconfianza a una estrategia que no se ve, ni se entiende y que parece que, realmente, ni siquiera existe. De lo peor: el Culiacanazo, Los Lebaron, Aguililla, los feminicidios que se cuentan por miles, uno más trágico que el otro, el crecimiento del Mencho y su cruento CJNG, una Marina que se siente relegada en labores de inteligencia y precisión de las que otrora era su especialidad, una policía civil inexistente, condenada a muerte por la administración que ha delegado todo en los cuerpos castrenses. Todo, casi todo, mal.
2. La polarización, esa jodida división que viene desde el presidente López Obrador, un hombre con el corazón y la pasión para hacer lo que él considera bien al país pero que saca, muy frecuentemente, un lado silvestre que carga como un lastre de su larga carrera opositora. Es una división generada en base a falacias, basada en resquemores que echan leña a una vieja lucha de clases que creíamos superada, lo peor, es una división que se vuelve precursora de grupillos fanáticos y radicales que hoy ocupan puestos clave en el gobierno de la Cuarta.
3. La economía de pie, baja de confianza de inversionistas, muy mediocre e insuficiente generación de empleos, desconocimiento total de conceptos básicos de la economía, recortes sin sentido que ponen en peligro el funcionamiento mismo del Estado a costa de programas sociales con claros fines electoreros que no están sujetos a escrutinio ni mucho menos a resultados.
Lo mejor:
1. La macroeconomía y el T-MEC que impulsará la confianza en los inversionistas aunque con varios grises que aún están por salir una vez implementado el tratado. Lo mejor: el aumento al salario, la inflación controlada, el tipo de cambio estable con todo y el 0%.
2. Las buenas intenciones.
Feliz año.
De Colofón
Vienen los agarrones por las candidaturas del 2021, en Morena están tan peleados que algunos amenazan con dar a conocer escándalos en la venta de posiciónes pero del plato a la boca...
@LuisCardenasMX