“La vida es demasiado corta para hacer cosas que no valen la pena”. SJ.
Ayer por la mañana, en el noticiario de MVS, platiqué con la presidenta municipal de Cotija, Michoacán, Yolanda Sánchez, que fue secuestrada el sábado en Zapopan, Jalisco. Afortunadamente fue liberada el martes en Villamar, a unos 40 km de su municipio.
A Yolanda le perdonaron la vida. No se puede hablar de un rescate porque no hubo tal. De poco o nada sirvieron las acciones de la Guardia Nacional y de la policía estatal. La presidenta está viva por esta escueta razón: sus secuestradores no quisieron matarla.
Cotija es disputado por dos grupos criminales, les interesa la cercanía con Jalisco y las rutas para el trasiego de droga. Yolanda Sánchez no ha sido una mujer que les estorbe en sus planes ni mucho menos una aliada estratégica. Ella es simplemente una funcionaria pública emanada del pueblo, una señora muy querida por la mayoría de los veinte mil habitantes de Cotija.
Cotija es un pueblito muy pintoresco, nombrado Pueblo Mágico hace un par de meses, orgulloso productor del queso que lleva su nombre e ilusionado por atender y recibir visitantes… O, más bien, desilusionado ya, porque claramente casi nadie irá a Cotija, ni tampoco a Michoacán, para turistear en los próximos días.
Ayer le pregunté a Yolanda si valía la pena el riesgo de que la quisieran matar, aunado al riesgo de poner a la familia en la línea de fuego, por gobernar. Ella me contestó contundente: no, no lo vale. Puede consultar el video de la entrevista completa video aquí: https://is.gd/VZ7JnO
De hecho, ya no sabe si terminará o no su periodo al frente del municipio que concluye el próximo año. No, no vale la pena arriesgar la vida, no vale la pena perder la paz y la tranquilidad, no lo vale. Yolanda no tenía escolta porque nunca creyó necesitarla, ella no se metía con nadie.
Habrá quien se rasgue las vestiduras y salga con la perorata de que la política lo es todo. Amparados en ciertos relatos, dirán que es sólo para valientes, para quien tenga las agallas de defender al pueblo con su propia sangre, bla, bla, bla… estupideces.
Y no, uno no se hace presidente municipal del pueblo donde nació para ser un guerrero espartano. Uno llega a ese puesto con ganas de pavimentar calles, de arreglar semáforos, de apoyar tal o cual comunidad con acciones pragmáticas y palpables… De ideologías, da igual.
El presidente municipal es el contacto más cercano que tiene la mayoría del país con una autoridad, es quien resuelve y atiende de forma más directa. En México más de 2,200 municipios tienen una población menor a los 100 mil habitantes. Más claro: más de 70 millones de personas viven en pequeños poblados del país.
Es una lástima que la gente buena y honesta que quiere ayudar a sus comunidades decida salirse de la jugada de gobernar, pero tienen toda la razón. Si los buenos deciden que no vale la pena arriesgar la vida, quizá los que decidan tomar el riesgo no sean el mejor perfil y aprovechen para cobrar con creces el riesgo a su favor.
De acuerdo con Alfonso Martínez, presidente municipal de Morelia, hoy día es difícil para la mayoría de estos presidentes municipales acceder incluso a un seguro de vida. Es una lástima que la gente buena y honesta que quiere ayudar a sus comunidades decida salirse de la jugada de gobernar, pero tienen toda la razón.
De Colofón.- La salida de Jorge Carlos Ramírez Marín da cuenta de lo debilitada que puede estar la Alianza hacia 2024. Ramírez Marín se vuelve un dolor de cabeza contra el PAN en Yucatán que podría arrebatarle la gubernatura, pero genera, además, un encontronazo entre las dirigencias estatales de los partidos contra sus dueños nacionales. Hubo ayer reclamos serios a Marko Cortés por no poder poner orden y terminar chamaqueado… Como si alguna vez alguien hubiera tomado realmente en serio ¡a Marko Cortés!
¡Y todavía faltan 247 días para la elección de 2024!
@LuisCardenasMX