“A veces, primero hay que hacer un acto de fe, lo de
fiarse viene luego.”
SM.
Quisiera no pensar y que, simplemente, nos bastase con creer.
Que con la fe sea suficiente y sobre para que el país se componga en todo sentido, que los narcos dejen de ser unos hijos de puta y se olviden de masacrar a sangre fría, así, nada más con fe, con la misma fe con que los corruptos se iluminen y dejen de atascarse hasta volverse vomitivamente más corruptos, así, con esa poderosa fe que nos llevará a superar a Finlandia y a los nórdicos y al mundo entero, mundial, todito, porque esa fe, tan vigorosa, tan honda y tan cabrona todo lo compondrá.
El último acto de fe que nos ha pedido la Cuarta consumirá demasiada necedad, habrá que negar a Pitágoras, enterrarlo en una fosa del olvido por grosero con esa petulante realidad que no lo deja a uno tener la fe a sus anchas, habrá que imaginarlo todo como un cuenta cuentos y evadirse, perdón, ¿abstraerse?, ¡vivir en la fe hasta que los deseos se vuelvan realidad!
Resulta que los señores, particularmente del ala morena en el Congreso, han decidido que todo lo que antes fue construído habrá de ser destruído, poco importa si funcionaba, si era mejorable o si tenía algún propósito… Todo debe aniquilarse en nombre de la fe a la Cuarta Transformación y del polvo, de la boñiga que resulte desparramada entre los restos de lo que una vez fueron instituciones, resurgirá un gran país de alguna forma construído casi enteramente de pura fe.
Preocupa mucho para los herejes, para los que aún no han sido bañados de la fe, la nimiedad de los números, en todo son pesimistas y no saben que los aviones se repelen o que no importa crecer a 0% sino distribuir correctamente el 0%, no saben que la nada también es el todo y el todo la nada, no saben que la metralla de abrazos doblega al más ruín después de un sermón y unas nalgadas de los abuelos que siempre se llevan en el corazón.
Dicen los pastores que en unos días más, para el 1 de enero de 2020, el país entero nadará en la maravilla de un sistema de salud lozano y rozagante, todos los mexicanos, todos sin excepción, podrán gozar y acudir a él sin preocuparse de nada, sin pagar un céntimo.
La aniquilación del otrora corrupto Seguro Popular que utilizaba la subrogación para cooperar entre el sector privado y público y así no dejar ahogado al sistema ha sido renovada por el Instituto de Salud para el Bienestar que con la magia de la fe llegará a todos… ¿porqué no, quizá, hasta a otras partes del mundo?
Que el Insabi, de acuerdo a cálculos conservadores, ¡oh, esos bastardos conservadores!, para poder atender a más de 70 millones de mexicanos costaría 2 billones de pesos contra los 650 mil millones que apenas se tienen asignados es una menudencia argumentativa.
Dijo el Mesías: ¡Que se reproduzcan las medicinas y los doctores y las plazas y lo tratamientos de enfermedades de tercer nivel y el dinero! y la realidad le hizo caso y luego…
De Colofón.- Andan molestos en Palacio, la iniciativa contra el Outsourcing no era una ocurrencia del Senado, traía encargo de vara alta y se frenó.