Era un fenómeno en el 2018, Adán Augusto López había ganado la gubernatura de Tabasco con un porcentaje brutal de 61.10%, incluso, hablando en porcentajes, más que el mismo López Obrador que a nivel nacional alcanzó el 53.19%.
Adán era bien visto. Adán era bien querido en su tierra. Adán era popular. Adán era…
Las cosas cambiaron para el actual Secretario de Gobernación que terminó botando la chamba de gobernador en el 2021, dicen sus cercanos que él, realmente, no quería, que su sueño era aspirar a la grande con altos bríos pero pidiendo licencia hasta el límite, a finales del 2023, consolidado como uno de los mejores gobernadores y afianzado como un actor nacional de primer orden… pero no.
Nadie le dice que no al Presidente López Obrador, le ordenaron dejar la chamba después de la elección intermedia del 2021 en dónde operó activamente en varias campañas, particularmente Baja California y Campeche que resultaron en gratas sorpresas para su jefe y le valieron “un ascenso” que lo puso en la mira de la sucesión presidencial.
Pero Adán Augusto no ha sido eficaz en la opinión pública, está saturado de apagar los incendios que su paisano y padre político provoca un día sí y al otro también, no puede lucirse, es demasiado discreto y cuando intenta jalar reflectores se parece mucho al otro López, como una calca, como descafeinado.
La última encuesta de Enkoll, “ Las Corcholatas en sus Entidades ”, que estudia la opinión de los aspirantes presidenciales en sus respectivos estados muestra un claro de castigo al otrora popular gobernador de Tabasco: en su tierra todo mundo lo conoce, pero apenas a un 21% le da una opinión favorable. (https://bit.ly/3oTmHrK)
Adán Augusto López acaba con saldos negativos, a los tabasqueños parece que les cae mucho mejor Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard ante su propio paisano que termina arrojando un saldo de opinión negativa, apenas, levemente, por encima de Ricardo Monreal.
Parece que Tabasco ha castigado a quién les dejó la chamba, lo contrataron por seis años y no les duró ni la mitad.
Hace un par de días, Adán Augusto López salió de sus cómodas oficinas para atender a grupos feministas, el hombre aún piensa que eso es una concesión graciosa y no su obligación, el Secretario se molestó cuando una mujer le dijo que no confiaba en ninguna autoridad, ufano y altivo, le contestó: “yo tampoco confío en usted”.
El que se enoja, pierde. Pierde sus sueños. Pierde sus oportunidades. Pierde su juego.
De Colofón.-
Cuidado con el manejo ilícito de recursos que ya tienen en la bolsa las corcholatas , ¿quién está cuidado el probable lavado de dinero y la ingente cantidad de efectivo que está moviéndose?
Y todavía faltan 788 días para que termine el sexenio.
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