“La próstata, otra manera de protestar”

Andreu Buenafuente.

Tiene mucha razón el Presidente López Obrador cuando se refiere a la politización del país, de la sociedad.

De alguna manera, Andrés Manuel vive en esa polarización una de sus más inherentes fantasías: la discusión permanente que le hubiera gustado ver, de la que le hubiera encantado participar, hace muchos, muchos años ya, en el cénit del priato, con una clase media más bien tibia, timorata, conformista en la discusión de los asuntos públicos.

Hoy, la polarización y el descontento se hacen evidentes prácticamente en cualquier lugar, para muchos, me incluyo, preocupa el hecho de que las discusiones comienzan a tornarse arrebatadas, más inclinadas a divisiones de “clases” que a una argumentación medianamente sólida de la vida nacional.

Los treinta millones de votos de Morena y su líder, apenas a un año de su elección, se han ido mermando poco a poco, López Obrador ha perdido, en promedio, unos veinte puntos desde su ascensión al poder y cada día va sumando más y más arrepentidos, empero, gracias a sus giras permanentes, a sus polarizantes discursos y, mucho más, a los programas sociales que se han vuelto, más bien, un reparto de recursos sin ton ni son, también ha ganado una cantidad aún no mensurable de voto cautivo, de eso que el PRI llamó “la base”.

El voto que llevó a Morena a convertirse en un partido hegemónico, el que los hizo casi totalitarios, difícilmente podrá repetirse, fue una catarsis social de hartazgo que puede explicarse en doble vía: dados los actos de grosera corrupción y el distanciamiento de la clase política mexicana con su sociedad, pero también dado el coraje y la insatisfacción mundial que dieron a los populistas del orbe un gran impulso, frivolizó la cosa pública y mandó lejos la especialización y a los expertos.

El domingo veremos un país dividido, la megamarcha de repudio al estilo de gobierno y a las decisiones de López Obrador en este primer año será muy nutrida, nada que ver con los desmadejados intentos anteriores, sin liderazgos claros pero sí con la unión de muchos: más de las clases medias y altas, más de círculos educados, más de grupos conservadores pero no necesariamente, todos, de ultraderecha, mucho más de los múltiples sectores afectados, desde médicos hasta campesinos, más de víctimas que se han sentido traicionadas y ofendidas, sí de neoliberales también pero más, mucho más, de opositores al socialismo y al suicidio comunista… Si al Presidente le votaron 30 millones, el domingo será claro, en su respectiva proporción, que hubo 24 millones que no le dieron su confianza.

En el Zócalo, por otro lado, la grey de siempre, la dogmatizada, la de los sectores marginados, muchos beneficiados por sus programas, muchos “acarreados” o con “apoyos de traslado”, en el Zócalo estarán los solovinos del Presidente, los bien portados, el pueblo sabio que no cuestiona y que sí aplaude.

Y mientras tanto, que a la realidad se la lleve el carajo.

De Colofón.- Se dice que el Dr. Alfonso Pérez Daza, uno de los tres propuestos por el Presidente para ocupar el cargo de magistrado de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, no sólo será integrante sino que presidirá el TFJA a partir del 2 de enero de 2020. Pequeño detalle, la ley se lo impedirá: Los magistrados (…) mantendrán su adscripción a la Sección Tercera y a las Salas Especializadas en materia de Responsabilidades Administrativas, al menos durante los primeros cinco años del ejercicio de su encargo(…) (Art 5 transitorio, Ley Orgánica TFJA).

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