Tiempos de chauvinismo, de patrioteros arrebujados en la bandera nacional, de escupitajos argumentativos: ¿cómo se atreven los gringos a insinuar una invasión?, ¡que se metan en sus propios asuntos!, ¡que nos dejen tranquilos si nosotros no nos metemos en sus broncas!

 “La unión hace la fuerza” 
Esopo. 

Y también abundan aquellos que, desde hace años, quieren entregarle el territorio al Tío Sam, con sus sueños húmedos de los Marines desembarcando en Veracruz y los Rangers patrullando en Tamaulipas… A fin de cuentas, son tiempos de polarización extrema.

¿Realmente estamos frente a la posibilidad de una especie de invasión gringa si el Congreso estadounidense termina por declarar organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos?, pues no, la verdad no.

Si esto pasa, no veríamos operativos militares extranjeros de manera abierta, a menos que se llegase a un acuerdo con el gobierno mexicano, algo que parece francamente improbable.

Lo que sí veríamos sería un combate mucho más intenso desde el punto de vista político, jurídico y financiero en contra de los cárteles.

Ahí va un antecedente para todos los que se rasgan sus patrióticas vestiduras: en este gobierno, sí, en la 4T, ya se usó la Ley Antiterrorismo Estadounidense contra los narcos mexicanos.

En julio del año pasado, Clare Hochhalter, juez federal de Dakota del Norte, en Estados Unidos, ordenó que el Cártel de Juárez pague mil 500 millones de dólares a la familia LeBarón por el asesinato de nueve de sus miembros, ocurrido en 2019, en Bavispe, Sonora.

El caso es emblemático porque representa un antecedente importantísimo, la ley antiterrorista de Estados Unidos permitió a los Lebaron, con doble nacionalidad, reclamar los daños en su contra derivados de “un ataque terrorista”, y la justicia estadounidense investigó, consideró y fundamentó que los hechos de Bavispe fueron “actos terroristas”.

Evidentemente, hoy por hoy, no habría manera de que el Cártel de Juárez pague los daños a las víctimas, de hecho, ni en México ni en Estados Unidos hay detenidos de relevancia, pero esto es solo un ejemplo de lo que veríamos si la iniciativa que va tomando fuerza termina por hacerse una realidad.

Sería mucho más sencillo si el gobierno de López Obrador dejara los guantes de box colgados en el clóset y empezáramos a buscar salidas negociadas con un gobierno relativamente amigable.

Pero, nos gusta sufrir, preferimos al bully… si gana Trump o el trumpismo, la negociación no será tal.

DE COLOFÓN.– El círculo rojo del país anda, cada vez, más conspiranoico…

Ahora resulta que si pierde la Alianza en el EdoMex, como todo apunta que sucederá, la culpa es de ¡Dante Delgado!... No makayu.


Y todavía faltan 571 días para que termine el sexenio. 
@LuisCardenasMX

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