“El dinero es como el estiércol: si se amontona, huele”

Oscar Wilde.

 

Aquellas ligas fueron un gran escándalo, a René Bejarano se le escurrían billetes por todo el cuerpo, era el vivo retrato de lo que todos sabíamos, de los políticos hediondos de tranza y cochupo.

Era lo mismo de siempre pero ahora lo veíamos en prime time, lo confirmábamos: ahí estaba documentada la suciedad del sistema, la inmundicia de los que nos dirigían, en cada billete mamado con sorna nacía una mentada de madre al pueblo que calaba profundo.

Pero, al final, las ligas no le afectaron al jefe de Bejarano, López Obrador se fortaleció, el hombre inmoral de su equipo pagó con cárcel y el entonces jefe de gobierno tuvo la epifanía de su vocación: se hizo un mártir, quizá el mártir más exitoso en la historia contemporánea.

De risa loca escuchar a algunos panistas en la negación, comparan a Gutiérrez Badillo y a Rafael Caraveo con Bejarano, piensan que saldrán igual de fortalecidos como le pasó al Presidente hace 16 años… ¡Sí, ¿cómo no?!, creo, más bien, que políticamente están muertos y aún no lo saben, más les valdría cambiar su profesión, darle un giro a su vida, dedicarse a otra cosa más creíble, más honesta con sus hambres.

Algunos políticos hieden pavor, saben, en el fondo, que están acabados, que una declaración emanada de la víscera les costará hasta su libertad. Es curioso cómo se oye el silencio cuando está bañado con la pesadez del merdoso.

De esta no van a salir fortalecidos, hay de dos: o se consolida el totalitarismo salvaje que ha destruido la mísera institucionalidad mexicana o será el tiempo de las nuevas generaciones que lucharán, junto a millones, por un país basado en la ciencia, el sentido común y la pluralidad.

Apostarle a lo viejo es un acto de nostalgia, es una resaca por los tiempos pasados que terminará en desaliento, en nada.

El PAN debería de refundarse, las masturbaciones de mente son dementes, ¿dónde quedó el partido de Gómez Morín?, ¿dónde quedaron los hombres y mujeres bravíos que movían multitudes con sus palabras?, ¿dónde quedó el ejemplo de Maquío?, ¿en qué punto les hizo tanto daño el poder?, ¿qué se tragaron para saciar el hambre de cambiar al país?

O quizá, el PAN debería seguir la ruta del PRI, aceptar que no son nada ni serán más nunca algo, morir lentamente para darle paso a nuevos bríos en otros partidos, en otros movimientos.

La verdad, siento mucha pena por Gutiérrez Badillo y por Caraveo, les vienen tiempos muy difíciles, al menos a Bejarano lo perdonaron después de algún tiempo.

De Colofón

Mientras vemos la película de las maletas, la Cuarta se apresta a comprar medicamento chafa con la venia de un subsecretario chafa. ¿Independencia?, esa solo sirve para dar el grito con antorchas.

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