Hace más de medio siglo mi mamá nos compró en distintas oportunidades un equipo (kit) para que con mis hermanos nos entretuviéramos durante las vacaciones al Pintar por números (Paint by Number; PPN).

El paquete contenía dos o tres telas con bastidor de cartón, en el anverso aparecía la silueta del motivo a rellenar con pintura, mientras al reverso se repetía la silueta dividida y numerada para aplicar los colores identificados por su numeración; hasta 30 tonos para las imágenes más complejas. Se proporcionaban, además, tres pinceles, dos delgados y uno grueso.

Pintar por números (Paint by Numbers)
Pintar por números (Paint by Numbers)

El sábado pasado al leer a Michelle Slatalla en el Wall Street Journal recordé a mi mamá cuando nos repartía los estuches para pintar, estando sentados en la mesa del jardín. Slatalla comparte cómo espera ansiosa la llegada del kit que ordenara por internet.

Ha vuelto a estar de moda Pintar por números, tanto por el confinamiento para evitar contagiarse del coronavirus como por la tecnología que permite de una fotografía tomada por uno mismo pintar al nieto, a la mascota, la esposa o la escena de un viaje. Los más osados podrán aventurarse en copiar La última Cena de Leonardo da Vinci o cualquier obra de arte valuada en millones de dólares, como un Picasso.

Pintar por números (Paint by Numbers)
Pintar por números (Paint by Numbers)

El negocio de Pintar por números inició en la fábrica Palmer Paint Co. de Detroit, Michigan. Su propietario Max S. Klein encargó a uno de sus creativos que desarrollara alguna estrategia para vender más de sus productos, pensando en los adultos. Dan Robbins fue a quien se le ocurrió, al recordar que el mismísimo da Vinci entregaba a sus aprendices diseños numerados para que le ayudasen a pintar sus obras, así nació Paint by Numbers.

Los diseñadores pintaban una obra y al concluirla le montaban un plástico transparente o acetato para asignar las áreas para cada número y su color. Los primeros juegos bajo la marca Craft Master se comenzaron a vender en 1951 y tres años después la empresa había comercializado un monto superior a los 12 millones, con el lema Cada hombre un Rembrandt (Every man a Rembrandt).

La primera presentación en salir a la venta fue una composición cubista, mezcla de Picasso y Braque, creada por Robbins, que se pensó funcionaría muy bien para el mercado de post-guerra, pero no cumplió las expectativas. Se eligieron otros temas, más cotidianos, y es así que aparecieron pescadores, paisajes, animales, la Montaña Matterhorn, los cursis toreros y un ya clásico de los PPN, La Última Cena copia de la pintada por Leonardo da Vinci.

Pintar por números (Paint by Numbers)
Pintar por números (Paint by Numbers)

En los años cincuenta a muchos críticos y conocedores de arte no les pareció que tales pinturas por números fuesen arte; sin embargo, las clases medias adoraban a tal grado sus “creaciones” que las llevaban a enmarcar y colgarlas en un lugar preferencial de sus hogares para presumirlas. Algunos incluso cambiaban algún detalle, por ejemplo, al dejar de pintar la barda de la casa, y entonces las firmaban como si fueran obras originales.

Hoy en día en los mercados y plataformas de segunda mano podemos encontrar pinturas por números hechas en los años cincuenta y posteriores. Existen coleccionistas que las atesoran y se cuenta para no creerse con el Paint By Number Museum (https://www.paintbynumbermuseum.com/). A la venta de segunda mano se encuentran todavía juegos que nunca se abrieron, a lo mejor un regalo de cumpleaños olvidado. Patricia, mi esposa, sacó una caja del closet de un juego que compró hará unos veinte años e incluye tres cartones con todo el elenco de Peanuts: Charlie Brown y su banda.

Pintar por números (Paint by Numbers)
Pintar por números (Paint by Numbers)

Los precios de las pinturas ya terminadas (caen dentro de la categoría de Americana en las subastas) como de los juegos de la década de los cincuentas cerrados y nuevos, oscilan entre veinte y cuarenta dólares; hay casos en que piden hasta trescientos dólares.

De aquellos equipos que nos comprara mi mamá, nunca logramos completarlos. Siempre alguno de los más pequeños rayaba la tela de lado a lado arruinando la “obra de arte”.

A los interesados en mandarse hacer un PPN de alguna fotografía se les recomienda:

James Leon: Masterpieces by Numbers.

Isabella Brodeniewicz: 123 Painting Store.

Bestpaintbynumberkits.com

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