Cientos de objetos que pertenecen a gente famosa de alguna u otra forma encuentran su camino a manos de otras personas, unos a través de subasta y otros como regalos o en mercados de pulgas. El fotógrafo suizo Henry Leutwyler (1961) ha hecho su especialidad en documentar estas reliquias conectadas con artistas notables.
Leutwyler comenta que dedica más tiempo a buscar estos objetos que el fotografiarlos… “estoy constantemente en contacto con museos, coleccionistas, subastadores, amigos, familia, todo mundo conoce a alguien que tiene algo, por eso se hacen descubrimientos increíbles”. Se define a sí mismo como fotógrafo de celebridades y dice que cuando fotografía a esos famosos y famosas por lo general están muy maquillados y arreglados por sus representantes de relaciones públicas que quitan todo lo que no debe de aparecer, por lo que no se está viendo realmente la verdad esencial de la persona.
En cambio, una imagen de los zapatos con tachuela de imitación de diamante es reveladora cuando ves las suelas bien gastadas que muestran lo duro y las horas que trabajaba Michael Jackson (1958-2009) cuando bailaba.
Uno de estos zapatos aparece en el fotolibro de Leutwyler que lleva como título Document, impreso por Steidl en Alemania en 2016 —el fotógrafo tardó doce años en recopilar las ilustraciones—. Este calzado se puede definir como retrato de naturaleza muerta o escena del crimen, lo mismo sucede con la fotografía del único pedazo de una escultura de Auguste Rodin (1840-1917) de la Colección Cantor Fitzgerald (Financieros), sobreviviente de entre las más de 300 obras de arte del escultor francés destruidas el 11 de septiembre de 2001; este fragmento fue recuperado en las ruinas de lo que fue el World Trade Center en Nueva York y ahora se encuentra en la cómoda de la nueva oficina del Presidente del Consejo de Administración de Cantor Fitzgerald, Howard Lutnick (1961).
En el mismo libro, viene una fotografía que muestra las cajas desgastadas en las que Elizabeth Taylor (1932-2011) guardaba sus joyas; para distinguir sus contenidos exhiben un rótulo: Richard Burton, Van Cleef, Anethyst & Kunzite Earrings, por ejemplo, sobre la tapa de la caja 238 de terciopelo beige. Otras muestran todavía la etiqueta de la casa de subastas Christie’s. En la siguiente página del libro vemos también el diamante que perteneció a la protagonista de Cat on a Hot Tin Roof y ¿Quién teme a Virginia Wolf? que, en alguna época, se conoció como el Krupp Diamond cortado a la Asscher* con un peso de 33.19 quilates montado en platino con dos baguettes de diamantes cortados que flanquean la piedra principal. Richard Burton (1925-1984) se lo regaló cuando estuvieron casados después de pagar 307,700 dólares en 1968. En el mismo año de la muerte de la actriz fue subastado y alcanzó un precio de 8.8 millones de dólares.
Aparecen las zapatillas de ballet utilizadas por Vaslav Nijinski (1889-1950) en el Spectre de la Rose ca. 1911, a la fecha reconocido como el bailarín más famoso del mundo que lideraba los ballets rusos de Sergei Diáguilev (1872-1929), al observar con detalle la fotografía de las zapatillas se nos revela porqué era el más famoso y cómo hizo su leyenda al ver las gotas de sangre en el interior de las mismas.
El libro de Leutwyler contiene 124 fotografías donde el autor hace de cicerone, guía de turistas, en semejante gabinete de objetos curiosos, aislados de sus propietarios, que nos muestran rasgos de sus personalidades, su historia física y corporal, formando parte de nuestro patrimonio colectivo. A lo largo de 208 páginas encontramos tanto los zapatos de tap de Fred Astaire (1899-1937) como los de Michael Jackson, ambos evidencian el desgaste de las horas de práctica.
La fotografía de uno de los diarios de Ian Fleming (1908-1964), Crónicas de Golden Eye, escrito con una caligrafía impecable de lo que hizo el 23 de diciembre de 1949, la agenda de piel con el directorio de Frank Sinatra (1915-1998) con los contactos de actores, músicos y políticos amigos del cantante.
Hay fotografías de la guitarra acústica Gibson de Janis Joplin (1943-1970), el Cadillac de los años setenta que manejaba James Gandolfini (1961-2013) en la serie los Soprano, la cartera de Elvis Presley (1935-1977) con varias tarjetas de presentación de policías, una imagen acompañado por su hija Lisa Marie Presley (1968), además de un recorte de periódico y un permiso de portación de arma de fuego.
Los objetos tienen mucha presencia en nuestras vidas y vamos a dejar en ellos algo de nosotros, seamos famosos o no, algunos pasarán a otras generaciones que los cuidarán igual o mejor que nosotros, otros desaparecerán, perdiéndose así su historia y memoria.
En esta profesión resulta fascinante apreciar lo que aparece en cada consignación y más aún cuando atesoran alguna historia que los vuelve muy interesantes y que se preservará para sus nuevos custodios.
*El diamante de corte Asscher fue diseñado por primera vez en 1902 por Joseph Asscher, miembro de la familia holandesa Asscher (diamante) que era famoso en ese momento por el pulido del diamante en bruto más grande del mundo (el Cullinan, 3.106 quilates). Esta forma de diamante fue muy popular en la década de 1920 y combinaba perfectamente con el estilo Art Deco de la época. Es perfecto para un anillo solitario. El carácter único de esta piedra atrae inmediatamente la atención. El aumento de la actual demanda de joyas vintage es una de las razones por las que este antiguo corte vuelve a ser deseado.