Muchas obras de arte se encuentran en los museos, otras se esconden en las casas de grandes coleccionistas y hay otras más que aparecen en el lugar menos pensado… toca el turno a una de ellas: la historia de un jarrón de cloisonné * del periodo Meiji (1868-1912).
Pero antes de ir al detalle, quisiera recordarles la idea del valor de las piezas sueltas y el de las piezas en su conjunto: no una, ni dos, sino tres… ¿Cuánto valdrán?
Comienza la historia de un terno de dos jarrones y un incensario esmaltados, fabricados en Japón (1892) durante cinco años de trabajo y que por diferentes circunstancias cada uno de ellos tomó un camino distinto, después de mostrarse juntos en la Feria Mundial de 1893, convocada para conmemorar el aniversario cuatrocientos del arribo de Cristóbal Colon a eso que terminó llamándose el Nuevo Mundo, en Chicago, Illinois. La selección de esta urbe consideró su extensa red ferroviaria, además de que ofreció una garantía de 10 millones de dólares, una fortuna para la época. El encuentro se denominó “World’s Columbian Exposition” (Exposición Mundial Colombina).
Participaron 51 países, uno de los que mejor se preparó fue Japón, que deseaba mostrar su ingreso a la era moderna, por lo que el Imperio del Sol Naciente hizo gala de su potencial al contratar el mayor número de metros cuadrado, levantando un templo budista y varios pabellones para exhibir sus manufacturas, avances tecnológicos e industriales y obras de arte.
En uno de esos pabellones se montó el terno de cloisonné: dos jarrones de 2.44 metros de altura flanqueando un incensario; cada una de las piezas reposando en bases labradas en un tipo de olmo, la madera de keyaki (Zelkova serrata; familia: Ulmaceae) que se caracteriza por ser dura, pesada y densa; ideal para los ebanistas. Estos objetos deslumbrantes fueron considerados, en ese entonces, las más grandes producciones de su tipo.
Los diseños en los jarrones (inspirados en el concepto de un Japón dinámico, en progreso constante y miembro activo de la comunidad internacional) fueron idea de Shin Shiwoda, Consejero Especial de Artes de la Comisión Japonesa para la Exposición Colombina del Mundo. Su fabricación fue realizada por Shirozayemon Suzuki, de Yokohama, con la cooperación de Seizayemon Tsunekawa, de Nagoya. El boceto original fue pintado por Kanpo Araki, de Tokio y el dibujo en tinta negra sobre cobre de Kiosai Oda, de Nagoya. Gisaburo Tsukamoto y Kihio y Hayashi, de Toshima, a cargo de la producción. El relieve diseñado en madera fue hecho por Setsuko Nishiyama, de Nagoya y el tallado por Kinzaburo Yeguchi también de Nagoya. El águila americana de bronce de Yukimune Sugiura de Tokio. El boceto representa las estaciones del año y simboliza las virtudes de la sabiduría (el dragón), la honestidad (los pollos) y la fuerza (las águilas). Una vez terminados los tres elementos fueron aprobados por el Emperador Matsushito (1867-1912) que a su muerte se convertiría en el Emperador Meiji, de ahí el nombre del periodo.
En paralelo, Michael H. De Young, fundador del diario San Francisco Chronicle, le propuso a Benjamin Harrison, presidente de Estados Unidos, impulsar la economía de California con la presentación de otro encuentro posterior a la Columbian Exhibition de Chicago (1893) bajo el título de Midwinter Fair en el Golden Gate Park en 1894. Ya con el nombramiento presidencial de Comisionado Nacional de la Feria de California, De Young consiguió que varios países expositores en la ciudad de los lagos enviaran parte de sus colecciones a San Francisco. Japón se suma a la iniciativa, y presta un jarrón del terno de cloisonné.
Se inaugura la Midwinter Fair y al stand donde se muestra el jarrón Meiji acude Frank Spenger, empresario bávaro residente en Estados Unidos desde 1860, quien lo adquiere para obsequiárselo a su esposa. Otra versión sostiene que el mismo personaje lo compró en Chicago; pero en ambos casos, Spenger es el comprador.
Al terminar la feria, el monumental jarrón es trasladado a Berkeley, lugar de residencia de los Spenger, quienes al verlo en su domicilio consideraron que resultaba demasiado grande y ostentoso, decidiendo que sería más adecuado colocarlo en la planta baja de su edificio, donde se encontraba el restaurant Spenger’s Fish Grotto, negocio de su propiedad abierto en 1890, siendo a mediados del siglo XX el cuarto más importante en la Unión Americana, que servía más de 3 mil comidas diarias y con 240 colaboradores. Tras 128 años de servicio, la familia Sprenger cierra en 2018 las puertas de su famoso establecimiento.
Ahí permanece el jarrón con todo y su base tallada en madera de keyaki, en compañía de una decoración de objetos marinos, observando el tráfico de charolas con platillos de camarones, almejas, langostas, cangrejos, ostiones, pescados, bebidas y cocteles, durante más de un siglo, a la vista de miles de comensales.
Para el cierre y venta de todos los contenidos, contratan los servicios de la Casa de Subastas Clars de Oakland, California. Los expertos de Clars, algunos viejos clientes de Spenger’s, comienzan el inventario, la valuación y clasificación de los bienes para ponerlos bajo el martillo del subastador. Cuando toca el turno de valuar el jarrón Meiji de cloisonné, que lo habían visto y admirado como clientes del restaurante, investigan su origen y se percatan que se trata del jarrón expuesto en la feria de Chicago de 1893 que se daba por perdido (algunos historiadores comentaban que podría estar en el área de la Bahía de San Francisco).
Todo lo que se tenía era una fotografía en blanco y negro de la World’s Columbian Exhibition donde aparecen los dos jarrones flanqueando al incensario en 1893. La investigación los llevó a conocer el paradero de los objetos restantes. El incensario se encontraba hasta el 2000 en la colección Hirose Atsushi del Museo Nacional de Tokio, careciendo de su base tallada en madera de keyaki. El otro jarrón se encontraba en Oxford, en la colección Khalili, y tampoco conservaba su pedestal.
La subasta del jarrón de cloisonné del restaurante Spenger’s ocurrió en febrero de 2019 con estimados de salida de 30 mil a 50 mil dólares. Alcanzó un precio de martillo de 110 mil dólares. Nada mal, ¿verdad?. Lo compró la colección Khalili, que ya poseía los otros dos elementos del terno. Así que tras 128 años de existencia solitaria e independiente se volvieron a encontrar los tres elementos de la garniture en exhibición. Un buen final de historia. Ahora habría que ver ¿cuál es el precio de los tres juntos?.
* Cloisonné:
Antigua técnica para decorar objetos metálicos con “esmalte vidriado” que se va colocando con hilos de plata o de oro a ciertas piezas de base cobre, por lo regular jarrones, cuencos, jarras, cajas, vasos, escudillas, entre otros. En Japón, en la década de 1830, el antiguo samurái Kaji Tsunekichi, tras estudiar el esmalte alveolado de producción extranjera, comenzó la producción del Owari Shippo. Este esmalte pronto se popularizó y durante el periodo Meiji dejó asombrados al público europeo y americano que habían visitado las exposiciones internacionales. Existen distintas variantes: Musen (sin hilos), Moriage (realzado, aplicación de arcilla-esmalte sobre cerámica, altorrelieve), Totai (de alveolo o grano de soya tipo riñón), Shotai (plique-à-jour, traslúcido, esmaltado directo en celdas sin respaldo), Saiyu (martillado), Emaille (esmalte sobre metal o cerámica) y Ginsai (plateado).