Ha caído el telón de los impresionantes Juegos Olímpicos en París, con un sinnúmero de historias llenas de emociones y recuerdos para cada uno de los atletas participantes, miembros del Comité Organizador, jueces, árbitros, voluntarios, elementos de seguridad, de limpieza, de alimentación y hospedaje, de transporte, los medios de comunicación y los aficionados.
París se comprometió a tener unos Juegos Olímpicos en paz y armonía. Lo logró con creces. Renueva la tesis de que el deporte une a todos los países, que —con sus representantes— compiten por el orgullo de obtener una medalla bajo la bandera de su nación. Ganen o pierdan, cada uno de los más de 10 mil atletas se convierten en olímpicos.
París 2024 viene a hacer la evaluación del nivel deportivo de todos los países, una revisión de lo que las instituciones deportivas hacen en cada una de las disciplinas para promover, difundir y crear conciencia de que la activación física colabora a la superación personal de quienes la practican.
En México, es difícil entender por qué un país con 130 millones de habitantes, con tanto entusiasmo hacia el deporte, con muchísimos practicantes, con instalaciones deportivas del más alto nivel, con la experiencia de haber organizado Juegos Olímpicos, Copas Mundiales, Fórmula 1, Campeonatos Mundiales de toda índole, además de ser anfitriones de los que han sido calificados como los mejores eventos deportivos y ser vecinos de la máxima potencia deportiva mundial, no podamos capitalizar y aprender a tener organizaciones deportivas que se preocupen por hacer proyectos a largo plazo, para que nuestros deportistas vivan en un ambiente de progreso. Las autoridades son señaladas de hacer el ridículo en estas justas por ignorar los esfuerzos de los deportistas y solamente concentrarse en los apoyos a unos cuantos.
Siempre existen malentendidos entre los dirigentes de las organizaciones del deporte, por sus dudosos intereses que permean a las federaciones, muchas de estas rotas y dirigidas por personajes oscuros, que obstruyen el desarrollo de nuestro deporte y —para colmo— buscan la reelección en sus organizaciones. Qué vergüenza.
Muchas felicidades y muchas gracias a nuestros medallistas en esta edición, así como a cada uno de nuestros atletas olímpicos en París 2024. Cada uno de ustedes, con su disciplina y esfuerzo, son un orgullo para México.