En alguna ocasión Antonio Alatorre, miembro eminente del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México y autor de Los 1001 años de la lengua española (1979), frente a la propuesta de apoyar institucionalmente el uso correcto del español, señaló tajante que tal tarea era innecesaria y, sobre todo, absurda pues toda lengua se inició como “corrupción” de otra y que la nuestra —y cualquier lengua— siempre estará en evolución. Para él lo importante no era la “corrección” del habla sino la comprensión: que permita entender lo que se desea comunicar. Si lo supuestamente “incorrecto” hoy comunica bien su contenido entonces está cumpliendo su papel de instrumento y quizá mañana será “correcto”.
Es en ese espíritu de Alatorre que David Bak Geler acaba de publicar con ilustraciones de José Hernández y Rapé, Ternuritas. El linchamiento lingüístico de AMLO. Bak (Ciudad de México, 1982) es profesor universitario y posgraduado de la New School of Social Research donde obtuvo el doctorado.
Ternuritas es un examen crítico de ciertas palabras y la circunstancia en que aparecen en el actual discurso presidencial. Ese vocabulario ya ha sido objeto de escándalo y de un linchamiento lingüístico por parte de los críticos de AMLO que tienen a términos como ternuritas, fifís, aspiracionistas o choro mareador, como impropios de un discurso político de altura que a las claras denota una falla grave en la educación del emisor y que son indicadores de la baja calidad del lopezobradorismo y de su proyecto.
En realidad, Ternuritas no busca defender el habla de AMLO ante el ataque sistemático y sin precedentes al que ha sido sometido su discurso pues no es necesaria tal defensa. Bak ha hecho una selección de los juicios descalificadores e incluso insultantes del habla de AMLO formulados por una verdadera legión de intelectuales, académicos, columnistas y comentaristas. Con esa selección de negativos como su materia prima, el autor elaboró una explicación muy puntual y erudita de las razones por las cuales han fracasado rotundamente los linchadores y defensores de un supuesto lenguaje “correcto” —que el autor llama “el lenguaje único”— en descalificar el discurso del político de Macuspana y las encuestas lo prueban.
Todo indica que el discurso emitido desde Palacio por el Presidente de manera ininterrumpida a lo largo de un lustro y las políticas que lo justifican y legitiman, han tenido una recepción muy positiva por una mayoría ciudadana, lo que no ha sucedido con los muchos y sofisticados argumentos y conceptos anti-AMLO formulados por ese ejército de intelectuales y comunicadores dedicado a demoler la oratoria presidencial.
Bak sostiene que el fenómeno que todavía anda en busca de una explicación no es el discurso ni liderazgo de AMLO, de su forma de exponer las razones y naturaleza de su proyecto político, sin o la poca resonancia de sus críticos —algunos de ellos personajes muy preparados en el uso del lenguaje y de las ideas políticas, en el análisis de las realidades e historia de México y del mundo. Y es que pese a tener al grueso de los medios de comunicación en contra lo mismo que a los partidos políticos con gran historial, encuestas tras encuestas muestran que la aceptación del actual Presidente ronda los 2/3 de las muestras representativas usadas por casas encuestadoras locales y extranjeras.
Los calificativos empleados por las “ternuritas” a las que se refiere el título del libro aquí comentado para deslegitimar al Presidente son feroces en su caracterización del jefe del Ejecutivo. Aseguran que AMLO es “el más analfabeta de los presidentes de México”, que con apenas simples “quince frases” compone todas sus peroratas y en ellas abundan las “perversiones lingüísticas” al punto que se puede afirmar que el jefe de gobierno abdicó del español en favor del “amloñol” o “pejeñol”. Para ellos —y las citas son abundantes— esa habla es, finalmente “una ofensiva contra los sectores educados de la sociedad” e incluso algo más y realmente siniestro: una imitación del lenguaje de “dictaduras hoy innombrables [que] hundieron a la literatura, a la historia, en las tinieblas del pensamiento único”.
Pues bien, lo que Bak logra exhibir y analizar lo que es realmente un “pensamiento único”: el de los linchadores de AMLO, el de esos “sectores educados de la sociedad” que a estas alturas han fracasado de manera espectacular en su empeño de deslegitimar no solo el habla presidencial sino también su empeño por construir y presentar de manera comprensible para el grueso de la ciudadanía un proyecto político que sea una alternativa atractiva y viable frente al lopezobradorismo.