La Suprema Corte de Justicia de la Nación, el máximo tribunal constitucional del país, raramente se ve envuelto en manifestaciones de cualquier tipo. Sin embargo, el día de ayer, ese venerado edificio se convirtió en el escenario de una protesta pacífica en la que participamos casi todos los trabajadores, fue un acto que, aunque no rompió el silencio del entorno, resonó profundamente en nuestra conciencia y compromiso con la justicia.
El día comenzó con una mezcla de anticipación y solemnidad, el contraste del bullicio de las afueras del edificio y la tranquilidad del interior reflejaba el tono de la protesta, respetuosa pero firme, la Reforma al Poder Judicial en los términos en que se está planteando, no beneficia más que al Poder Ejecutivo quien pretende no tener absolutamente ningún contrapeso en su gobierno.
Estamos preocupados y sabemos que debemos actuar, por eso, desde varios de los espacios de la Suprema Corte, sin importar a la ponencia a la que pertenezcamos, porque al final el compromiso es con la justicia, nos reunimos todos para que, en completo silencio, todas las ministras y ministros que caminaron por los pasillos que bordeábamos, advirtieran nuestra preocupación, pero también nuestra molestia de que algunos o algunas, no solo no han defendido lo que juraron proteger al momento de tomar protesta en el encargo, sino que se han comportado al más puro estilo de Tarpeya, quien según la mitología griega, ofreció a los enemigos de Roma abrirle las puertas de su propia ciudad a cambio de una recompensa.
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Fue por eso que atendiendo a nuestro fiel compromiso con la justicia, nos reunimos, algunos estuvimos bajo las pinceladas del famoso muralista Siqueiros, llamado “El juramento de los 24” ubicado en la antesala del Salón de Pleno, en esta obra se celebra el compromiso de los miembros del Tribunal Constitucional y la importancia de la justicia en la vida nacional. Muestra a los jueces jurando lealtad a la constitución y a la justicia, simbolizando la integridad y el deber que tienen que mantener frente a los retos políticos y sociales.
Algunos otros guardaron silencio desde el mural de Diego Rivera llamado “La ley y el Poder Judicial, ubicado en la Sala de Audiencias, el cual ilustra la relación entre la ley y el poder judicial. La obra representa la ley como un baluarte contra la injusticia y la arbitrariedad, mostrando la función protectora del poder judicial en la sociedad.
Otros más manifestaron su inconformidad bajo los colores de “El hombre y la justicia” de José Clemente Orozco, otro de los tres grandes muralistas mexicanos. El autor explora el papel del hombre en la creación y el mantenimiento de la justicia. Este mural refleja la tensión entre el poder judicial y la justicia, mostrando a figuras que representan tanto la ley como la humanidad, y la lucha constante para equilibrar ambos en el sistema judicial.
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En fin, todos estuvimos en distintos puntos simbólicos donde las ministras y ministro pudieron observarnos. En general, los trabajadores de Poder Judicial Federal se han manifestado, con todo derecho, defendiendo no solo sus derechos laborales, sino su compromiso con la justicia. Ayer los trabajadores de la Suprema Corte tomamos postura pública, estamos comprometidos con la justicia independiente e imparcial. El poder judicial como garante de los derechos humanos, del orden constitucional y de ejercer un contra peso con los otros poderes, podrá ser reformado y perfeccionado, todos estamos de acuerdo en eso, pero en los términos planteados por el Ejecutivo, lo único que resultará es la subordinación hacia el poder Ejecutivo y un mayor deterioro en el ya rasgado estado de Derecho.
Por su parte los ministros también hicieron lo suyo y se unieron a la protesta, o al menos casi todos, guardaron silencio en el salón de Pleno, bajo un cuadro de Benito Juárez quien fue un fiel defensor de la República y la división de poderes, pues es la mejor garantía para que ninguno de los tres poderes abuse de otro.
Al final, resonaron, seguramente hasta Palacio Nacional, las estrofas de Francisco González Bocanegra, entonadas por todos.
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mahc
