Tal parece que la derecha y sus nuevos remoras (el PRI y Movimiento Ciudadano) no se cansan de jugar a Pedro y el Lobo. La incitación al miedo, recurso ya pobre y choteado, aplicado desde 2006 cuando llamaron a desinhibir el voto a favor del entonces candidato, Andrés Manuel López Obrador, y de ahí para acá, usado y abusado en un sinfín de situaciones, hoy nuevamente y ante la falta de imaginación y razón, vuelven a traerlo para desinformar sobre la reforma al artículo 107 y 105 constitucional en materia de inimpugnabilidad.
La imaginación no les ha dado para más y los “argumentos” que usan todos sin excepción, inician con: “y si”, y los ejemplos, los mismos de siempre: y si quieren abolir la propiedad privada, nadie se los impedirá, y si quieren atentar contra los derechos humanos, lo podrán hacer con el super poder que están obteniendo.
En otro momento, en otras circunstancias, no podrían estar más de acuerdo. La reforma que aprobamos en la Cámara de Diputados, y que, al momento de escribir este texto, ya aprobaron los congresos de Zacatecas, Tabasco, Quintana Roo, Tamaulipas, Baja California, CDMX, Sonora, Nayarit, Campeche, Hidalgo, Oaxaca, Chiapas, San Luis Potosí, Guerrero, Veracruz, Puebla y Morelos, no hace más que confirmar lo que claramente señala el artículo 61 de la Ley de Amparo, pero que obviamente (y esto sí es grave), se olvida en aras de intereses de por medio.
Explicado con toda la claridad del mundo, sin mañas ni trampas, lo que el Congreso de la Unión y los congresos estatales avalamos, es lo que señala el artículo 61 de Ley de Amparo, en donde indica que el juicio de amparo es IMPROCEDENTE en los siguientes casos:
“Contra reformas o adiciones a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
Tanta claridad no deja lugar a dudas, hasta quienes no somos abogadas lo entendemos, no hay nada rebuscado, esta todo claro y es imposible que se les escape, ya no digamos a la derecha y sus remoras, no se les puede escapar a los Ministros, que son expertos en la normativa. Entonces, las reformas a la Carta Magna solo le dan estatus constitucional a eso mismo que ya señala la Ley de Amparo.
Esto ni implica crisis constitucional, ni un desbalance de pesos y contrapesos, ni mucho menos un peligro para México. Lo que es importante visualizar es hasta dónde llegan los intereses de unos cuantos y lo que están dispuestos a hacer para conservarlos. Las ministras y ministros que han presentado su renuncia (oportunamente, hay que decirlo, para poder gozar de sus haberes de retiro partiendo de que cada uno de ellos gana 200 mil pesos mensuales), abonan a esta percepción con la que se quiere ahondar para afirmar que México esta en peligro. Nada más falso.
Estamos ante proyectos de nación completamente diferentes que realmente no son irreconciliables porque hemos trabajado en algunos aspectos, sin embargo, estamos frente a un competidor desleal, de esos que conocen las reglas a la perfección (vaya, ellos las inventaron) pero que no les gusta “perder”, e instalados en esa emoción, hacen de todo para tratar de revertir la tendencia, solo que esa oportunidad llegará hasta dentro de 3 años en las urnas.
Y es que, este proyecto es el que eligió la gran mayoría de la población y esa es la razón que estamos haciendo valer, y en este punto, los “y si”, simplemente no alcanzan y no caben más allá de sus argumentos.