“Me especialicé en casos de abuso sexual. Trump fue declarado culpable por un jurado de cometer abuso sexual. Me encargué de una de las universidades con fines de lucro más grandes de nuestro país y la saqué del negocio. Donald Trump dirigió una universidad con fines de lucro, la Universidad Trump, que se vio obligada a pagar 25 millones de dólares a los estudiantes a los que estafó. No sólo estoy preparada para enfrentarme a Trump, sino que estoy preparada para vencerlo”.
El retiro de la candidatura de Joe Biden fue agónico y equivocadamente largo, pero tal vez con el timing adecuado para la llegada de Kamala Harris como la muy probable candidata que le hará frente a Donald Trump en la carrera presidencial, ya que nunca fue la favorita para ser la contendiente, pero hoy puede ser esa mujer inteligente que detenga a Trump, a ese ejemplar en extinción de macho alfa.
Al bajarse de la contienda, Biden le endosó a Kamala un apoyo incondicional para ser ella la candidata, dejando fuera a algunos otros posibles contendientes como la misma Michelle Obama. El boom que acompañó el anuncio tomó a todos por sorpresa, ni ella, ni los demócratas, ni los estadounidenses, vaya, el mundo no esperaba que Kamala Harris fuera la candidata, sin embargo, aun con esa incredulidad, llegaron 81 millones de dólares en apenas 24 horas de conocerse la postulación de Harris imponiendo un récord que ni Trump tiene.
Y ese número proviene no de los big packs, o sea, los grandes y poderosos donadores, sino de los pequeños donantes, indicio de que su sola postulación generó una esperanza que debe ser aprovechada y potencializarse. Valga aclarar que en Estados Unidos es completamente legal que la gente de a pie, hasta los grandes conglomerados, aporten dinero a las campañas.
Este macho alfa llega a la contienda con 34 condenas que recibió por delitos graves en el caso Stormy Daniels, en el que se lo juzgaba en Nueva York por cargos relacionados con el pago a una actriz porno; con un proceso abierto sobre el manejo de los papeles que se llevó de la Casa Blanca, y con un “atentado” en su contra que sus estrategas usarán hasta el cansancio para su beneficio.
A esto se enfrentarán Harris y el Partido Demócrata. El primer paso de la estrategia debe ser escoger a un compañero o compañera de fórmula para ella. Aquí es fundamental lograr un equilibrio. A lo largo de su carrera, Kamala ha luchado por el derecho de las mujeres al aborto, lo mismo que por los matrimonios del mismo sexo; para muchos, tales banderas la ubican como liberal, de hecho, antier en un mitin Trump se refería a ella como una “ultraliberal”, por ello es importante blindar este flanco.
La baraja está abierta y hay de donde escoger. Una buena opción la constituye la gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, quien ya expresó su respaldo a Harris y con quien podría hacer una dupla y ser un historic ticket con dos mujeres en esas candidaturas; también esta Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania, esta fórmula le daría a los demócratas uno de los estados más importantes en términos de votos electorales, además de asegurar estados como Wisconsin y Michigan, completando el llamado “cinturón azul” que hace 4 años, fue vital para la victoria de Biden. También buscan ser parte de la fórmula Andy Beshear, gobernador de Kentucky quien ha estado muy activo en la campaña; Roy Cooper, gobernador de Carolina del Norte, con sus nada despreciables 15 votos electorales.
Y viene el segundo punto de la estrategia en la que se deberán concentrar los demócratas: ganar los estados con más votos electorales. En ese tablero entran California con 55, Illinois con 20, Nueva York con 29, el “cinturón azul” que daría en conjunto 46 votos; Texas y Florida, con 38 y 29 votos respectivamente, se antojan muy complicados, pero justamente la estrategia será contar con estados bisagra que le den en conjunto la victoria a los demócratas.
La mesa esta puesta, algunos medios ya nombran la futura campaña como “la fiscal y el criminal convicto”, la “perseguidora” de Trump seguramente será la próxima candidata, convirtiéndose en la segunda mujer en competir por el puesto de mayor poder en Estados Unidos y posiblemente, en la primera mujer en ser presidenta.