Hace unos días, el Congreso de Jalisco aprobó la ley que crea el sistema integral de cuidados. Es la primera entidad del país en el que se concreta la lucha más reciente del movimiento feminista. La pregunta es ¿por qué importan los cuidados y qué tienen que ver con la igualdad?
Durante siglos, el modelo patriarcal de distribución del trabajo y asignación de roles implicaba que el hombre salía a trabajar y el dinero que obtenía se usaba para mantener a la familia. La mujer se quedaba trabajando en casa en tareas de cuidado sin remuneración alguna y dependía del “gasto” que le daban. Eso la dejaba en una posición de subordinación y de desigualdad en la toma de decisiones. Con frecuencia postergaba la atención de sus propias necesidades. El trabajo en casa, además, no le generaba ninguna posibilidad para el acceso a la seguridad social. Cuando el gasto no alcanzaba o no había proveedor, se dedicaba a trabajos remunerados pero informales casi siempre en su propia casa.
Los hombres no se autocuidaban porque dar el gasto implicaba que le prepararan sus alimentos, que le tuvieran lista la ropa, que la casa estuviera limpia, etc.
La mujer se fue integrando al mundo laboral fuera del hogar, pero la responsabilidad de las tareas de cuidado, se mantuvieron intactas. Eso generó las dobles jornadas y muchas veces, la imposibilidad de acceder a mejores oportunidades laborales y de formación. El cuidado del esposo, de los niños, de las personas mayores, seguían siendo su total responsabilidad.
Uno de los primeros logros de los movimientos feministas fue la creación de guarderías. Estos espacios daban a las madres la tranquilidad de que sus hijos pequeños estaban siendo atendidos mientras ellas trabajaban. Las llamadas escuelas de tiempo completo permitían el cuidado de niños mayores e incluso de adolescentes. Asimismo, la ausencia de apoyos institucionales se resolvía con la formación de redes de apoyo: abuelas, suegras, tías, vecinas, comadres, todas mujeres cuidadoras.
¿Qué reconoce la ley de Jalisco?
En la ley se habla de distribuir de manera más justa y equilibrada el trabajo de cuidados no remunerados y las responsabilidades domésticas entre mujeres y hombres, así como el ejercicio de la paternidad responsable. Se establece un sistema de cuidados como un modelo solidario y corresponsable entre familias, Estado, comunidad y sector privado para la protección de la niñez, adolescencia, personas adultas mayores con pérdida de autonomía, así como personas con alguna enfermedad crónica o discapacidad, todas en situación de dependencia. Se definen tres tipos de dependencia: la dependencia leve, la dependencia moderada y la dependencia severa.
Los cuidados comprenden el autocuidado, el cuidado directo de otras personas, la provisión de las precondiciones en que se realiza el cuidado y la gestión del cuidado para vivir con dignidad.
La ley prevé apoyos institucionales específicos para distintas dependencias.
Independientemente que para la plena eficacia de la ley será indispensable el cambio de mentalidad, Nadie puede afirmar que el modelo tradicional era equitativo para las mujeres. Aun así, continuarán las resistencias para modificar los viejos patrones. El tema ha ido teniendo un cambio paulatino, pero se requiere de este empuje final.
Ojalá pronto los congresos de otros estados sigan al de Jalisco y se consolide también un sistema nacional de cuidados.