La violencia de género sigue siendo una problemática que lastima a las mujeres de nuestro país. De acuerdo con el INEGI, del total de mujeres de 15 años en adelante, cuando menos el setenta por ciento han sufrido un incidente de violencia (física, psicológica, económica, patrimonial, etcétera) a lo largo de su vida. Por ello, el tema se ha colocado en el centro del ejercicio de gobierno de muchas administraciones, como es el caso de la Ciudad de México, en donde se ha logrado reducir drásticamente los casos de violencia de género en los últimos años.

Diversos estudios, por ejemplo del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), nos dicen que las mujeres que son víctimas de violencia de género no denuncian por temor a sus agresores; pero también nos dicen que la falta mecanismos de protección, actuación y cumplimiento de las leyes, abonan a esa conducta. Es por ello que desde hace mucho tiempo se han implementado protocolos particulares que permitan a las mujeres defenderse ante situaciones de riesgo y violencia. Las líneas de emergencia directa y los dispositivos electrónicos de enlace con la autoridad son algunos de éstos.

Así nació la línea de atención “765 SOS” en la Ciudad de México, bajo el mandato de la Dra. Claudia Sheinbaum, a través de la cual se implementa un Protocolo Integral de Atención a la Violencia de Género y se da un seguimiento interinstitucional a las denuncias de violencia de género, con el apoyo de 166 operadoras especializadas en el tema. El éxito de la línea ha sido tal, que a casi un año de su implementación se ha logrado la detención de 2 mil 320 agresores en las 16 alcaldías de la capital y se ha dado atención a más de 180 mil mujeres.

Uno de los primeros pasos para enfrentar el tema con decisión ha sido su reconocimiento. Visibilizar que existen diversas causas y fuentes de violencia de género, y que, como cualquier problemática social, éstas tienden a evolucionar. Así se explica, por ejemplo, que durante la pandemia de Covid19 y derivado de las medidas de aislamiento en los hogares, los casos de violencia de género se incrementaron exponencialmente en todo el mundo. La CDMX, por cierto, no fue la excepción.

Pero si una problemática evoluciona, la política pública en respuesta también debe hacerlo. Así pues, la línea de atención “765 SOS” fue concebida como un esquema de atención integral e inmediato, que incluye el apoyo policial, médico, de protección física (refugios), psicológico y legal; y en el que participan el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), la Secretaría de Salud, la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP), el LOCATEL, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), el Consejo Ciudadano y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CDMX).

Gracias a la línea “765 SOS”, se han detectado más de mil 900 casos de riesgo feminicida y han aumentado casi en cincuenta por ciento (al 2023) las personas vinculadas a proceso por el delito de violencia de género. Al mismo tiempo se han abierto casi 50 mil carpetas de investigación y se han tramitado numerosas medidas de protección en atención a las víctimas. Pero la línea SOS para mujeres es solo una parte de una estrategia que incluye medidas como los “Senderos Seguros”, las videocámaras de vigilancia y los botones de auxilio; que en suma han convertido a la capital del país en una ciudad segura para nuestras mujeres.

Aún quedan pendientes, es cierto. De hecho, alcaldías como la Cuauhtémoc, Tlalpan, Magdalena Contreras y Gustavo A. Madero, concentran el mayor número de denuncias por casos de violencia de género y es precisamente en estas donde se necesita reforzar las medidas de prevención y atención puntual del tema. Mientras tanto, las capitalinas deben saber que no están solas y que cuentan con la protección de sus autoridades. El apoyo está al alcance de una llamada

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