La zona de Atlampa, en el norponiente de la Alcaldía Cuauhtémoc, fue por muchos años una de las zonas industriales y de distribución logística más importantes del siglo pasado. Al converger en esa parte de la capital, las líneas ferroviarias, constituía un punto neurálgico para el comercio de aquellos años.

Sin embargo, con el paso del tiempo y el cambio en los sistemas de transporte y distribución, Atlampa se quedó rezagado frente al crecimiento y dinámica de la urbe, convirtiéndose en una zona de abandono, inseguridad, marginación y falta de vivienda. Lo anterior hizo evidente la necesidad de rescatar lo que durante mucho tiempo fue una de las colonias más importantes en materia económica.

Así se concibió el Plan Maestro Atlampa, primero como un esfuerzo por recuperar el valor económico y social de la zona (incluyendo la generación de fuentes de empleo, la recuperación de espacios públicos, la creación de vivienda, etcétera), dignificando la vida de las personas que ahí habitan (muchas de forma irregular) y segundo, como un esquema de gestión sustentable, inclusivo y estratégico, de un territorio, por decirlo de algún modo, superado por la acelerada dinámica económica.

De esta forma y por iniciativa del Gobierno de la Ciudad de México, se trazó el proyecto Plan Maestro Atlampa, con la participación del Consejo Económico, Social y Ambiental de la Ciudad de México (CESA CDMX); sobre tres ejes de acción: inclusión social y desarrollo económico (que incluye la generación de fuentes de empleo y la mejora de la distribución de la riqueza), regeneración del entorno y gestión y vinculación (que se refiere al trabajo de autoridades y habitantes de la zona para la preservación de la misma).

Lo anterior, por cierto, en atención a los principios plasmados en la Constitución Política de la Ciudad de México, sobre el derecho a la ciudad y ciudad sustentable.

Yéndonos un paso atrás, en la colonia Atlampa uno de los pendientes más importantes para avanzar en ese proceso de recuperación socioeconómica, era la vivienda. Si recordamos, tras el sismo de 1985 y las afectaciones que éste trajo consigo, se constituyeron campamentos que llegaron a albergar a cientos de familias por décadas.

Pese a lo evidente del problema, la situación perduró por años hasta que la actual administración decidió hacer frente, con la construcción de 200 viviendas en la zona, como parte del Plan Atlampa y en paralelo al Programa Especial de Regeneración Urbana y Vivienda Incluyente 2019-2024.

Lo cierto es que, como Atlampa, muchas zonas con alto valor social, cultural y económico quedaron rezagadas con la explosión demográfica y la expansión de la Zona Metropolitana del Valle de México, de las décadas pasadas. Para muchos gobiernos, por años, se trató de un proceso natural que dejó fuera del desarrollo a los menos afortunados, alejados de los nuevos procesos de producción económica, distribución de la riqueza, preservación de los recursos y acceso a la vivienda.

Afortunadamente las cosas han cambiado. Hoy se gobierna con una visión incluyente, atendiendo primero a los más vulnerables y apuntando a la recuperación del valor estratégico de distintas zonas de la capital.

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