No es cosa menor que el gobierno haya sido hackeado y se hayan publicado temas cuya importancia no puede ser minimizada. Es un problema de primer orden que se filtren (siguiendo las enseñanzas de Assange) temas delicados como la salud del Presidente por fuerzas cuyo origen desconocemos. Eso debería activar todas las alarmas. Aquí no hay Chico Che que valga.

Debería también tomarse con la seriedad que corresponde el que un black hawk se haya estrellado y 14 de los mejores hombres de la Armada hayan perecido en el incidente, ¡¡¡¡por falta de combustible!!!! En ambos casos nos encontramos ante un grave problema de operación del gobierno. Estos no son asuntos que tengan que ver con ideologías. Que los helicópteros se caigan no es de derecha ni de izquierda. Sería igualmente absurdo suponer que la austeridad es el origen de estas dos fatalidades. No hay cabeza en la que quepa que ahorrarse el combustible de un helicóptero sea racional y que la inversión humana se dilapide de forma tan obtusa, pues estamos hablando de 14 hombres especializados en la lucha antinarco y el costo total de un helicóptero, que son varios millones de dólares.

Tampoco puede suponerse que el espionaje y las filtraciones sean producto de un malentendido ahorro por la no renovación de sistemas de protección que eviten el que intereses ajenos al Estado penetren al corazón de sus secretos. Un gobierno que gasta más de 7 billones de los impuestos de los mexicanos no puede argumentar que no tiene dinero para garantizar la seguridad nacional, porque de eso estamos hablando.

Yo le recuerdo a nuestro amable lector que en este país desde el Fiscal General de la República hasta el dirigente de un partido opositor/colaboracionista han sido espiados; hoy queda claro que ni el mismo gobierno, que ha usado el espionaje para conseguir sus objetivos políticos, está a salvo de él mismo, con lo cual se expone a la seguridad nacional a un grave riesgo. Yo opino que el Ejército debería (como ya lo he escrito en colaboraciones precedentes) encabezar la estrategia de ciberseguridad y no distraerse más con politiquerías y ampliaciones de transitorios. Requerimos de un Ejército que custodie la seguridad nacional y hoy queda claro que la ciberseguridad es una de las principales amenazas.

Me parece que, en medio de un debate cada vez más polarizado, emerge la necesidad de tener un gobierno que funcione, por lo menos que pueda dar un mantenimiento correcto a sus helicópteros y proteger sus propios secretos. Eso supone utilizar todas las capacidades y tiempo en obtener resultados en estos temas, que son su razón de ser. Es una cruel paradoja que, en vez de ocuparse de temas sensibles, el gobierno trate de distraerse en hacer consultas para las que no está facultado y que lo único que persiguen es una movilización política para darle al Presidente otra campaña electoral y desplegar espectaculares, autobuses y taxis con su imagen.

Hoy no estamos hablando de enemigos imaginarios y fuerzas oscuras, como se repite en un discurso fantasmagórico para ganar adeptos, hoy queda claro que la ineficiencia cuesta vidas de héroes de este país y que hay enemigos que deben ser tomados en serio, que están penetrando las estructuras más recónditas del estado. Con esas cosas no se debe jugar y no es un asunto de politiquería, es la inveterada razón de estado, función ineludible del Presidente.

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@leonardocurzio