A la Maestra Rosa Durán con afecto y gratitud

En Francia se descubre que el mundo es mundo porque, como decía Jaime García Terrés, en los comedores universitarios los comensales son de Toulon o Panamá; de Dijon o la Reunión, de Nantes o Saigón, de Ajaccio o de Yaoundé.

En Francia se descubren muchas cosas por la vía de la razón… Cartesio obliga…pero también por revelaciones y epifanías. Los sucesivos gobiernos (desde Mitterand hasta Macron) saben que en la articulación de su estrategia internacional se intersectan los principios, las aspiraciones y los intereses nacionales, pero buena parte de su capacidad de ampliar su abanico de opciones depende de la forma en que son percibidos por los demás. Cada nación tiene un repertorio variado de registros con los que se comunica con el mundo. Mientras más registros tiene, su capacidad de influir y conseguir sus objetivos se amplia y creo que el caso francés es digno de estudio.

En estos tiempos de mundialización americanizante yo veo al país al que debo parte de mi formación con una vitalidad intelectual enorme. Solo hay que ver al centenario y deslumbrante Edgar Morin. Rosanvallon es un referente en teoría democrática y Piketty puntea en economía. Yo llegué a Francia en los años que Foucault disertaba en el Colegio de Francia sobre la bio-política y su influencia era ya planetaria… la estrella de Bourdieu ascendía. Establet era el emperador de la sociología educativa.

La ecuación correcta, para avanzar en este mundo interconectado, es tener una buena combinación de legitimidad política, poder económico y militar y ser un país solidario y atractivo para los demás. Pero no solo el gobierno comunica. Ayuda mucho que tu lengua sea apreciada; es crucial que las ideas republicanas, la soberanía misma, la división de poderes y los derechos humanos se vinculen a la tradición francesa. Citar a Tocqueville o a Bodin, Voltaire o Rousseau son cartas ganadores con las que juega Paris. Pero para auxiliar a estos titanes vienen de maravilla las grandes marcas que dan prestigio y seguridad en el universo de las voliciones desde Charvet hasta Lacoste. Pero la proyección nacional es también cine, canales internaciones de noticias; es muy útil ser campeón del mundo en futbol y que los premios nobel se apelliden Le Clezio o Modiano o Duflo…

Los antiguos becarios de las grandes universidades hacen a su manera diplomacia pública, de allí la importancia de la cooperación, pues todo suma para fortalecer la reputación..

Además hay que reconciliarse con el propio pasado para hablar con seguridad en la escena global. La paz y la grandeza son producto de una correcta asimilación de la propia historia. Ya lo dijo María Zambrano y lo ha retomado Carmen Iglesias, Francia ha logrado articular una solución de continuidad de su historia para encontrar en ella sentido de pertenencia y no una permanente borrasca y resentimiento. No todos los pueblos pueden asimilar en su discurso histórico monarquías solares, con revoluciones sangrientas y gloriosas, consulados, directorios, imperios, restauraciones y una sucesión de repúblicas con la flexibilidad que lo hacen los franceses. Las disputas historiográficas no cesan por ello. La historia está siempre sujeta a revisión. Pero la naturalidad para integrar fragmentos del pasado y proyectar seguridad y ejemplo es una constante. Francia lo incorpora a su política exterior con mayor soltura que otros. Cada quien tiene su historia, es cierto, pero hay mucho que aprender de la experiencia de la dulce Francia.

Fragmentos del discurso de recepción de la Legión de Honor.

 

Analista político.