Al presidente le ocurre, en estos días, aquello que antaño le sucedía a los cronistas de la Selección cuando en esos partidos humillantes de sinsabores de la tricolor, narraban (lo que no ocurría) un partido emocionante y disputado cuando en la cancha estaba ocurriendo una tragedia. Supongo que eran presas de un sentimiento patrio y estaban obligados a cumplir aquello de mostrar siempre la cara positiva a pesar de que el rival nos estuviese apaleando.

AMLO insiste en que su movimiento no es de ambiciosos vulgares, ni en el reparto de cargos; pero conforme avanza el sexenio hacia su ocaso queda claro que este ha sido un sexenio marcado por la ambición. Es tanta que se ha perdido incluso el decoro constitucional. El ánimo de controlar y someter es el pan de cada día. No hay nada edificante en ello.

Tenemos gobernadores que difícilmente uno convidaría a merendar, pues encarcelan y persiguen a sus enemigos políticos, usan el espionaje y todas las artimañas del poder con el ánimo de preservar sus privilegios. ¿Son esos idealistas o ambiciosos vulgares? No hay recato alguno en perseguir a codazo limpio cargos. A Omar García le hicieron una campaña disfrazada de coherencia doctrinaria para bajarlo. Sigue habiendo una doble moral impresionante en la línea oficial, pues los cargos son para los favoritos del presidente y a los derrotados les ofrecen letanías y sentido de sacrificio que no siempre es fácil de arrostrar.

Hoy anunciará su ruta Marcelo, el gran derrotado de la presidencial, en la cual siempre hubo una favorita y se inclinó la balanza en su favor. Los cargos son para los cercanos y la silente resignación para los derrotados. Los cargos importan cuando los ganan los amigos y no importan cuando los menos cercanos se sienten desplazados. A ellos se les invita a serenarse y a ver cómo se coronan sus rivales con virtuosismo jesuítico, que naturalmente no es la esencia de Morena, un partido personal dominado por tribus que provienen la mayor parte de ellas del PRD y del priismo reconvertido.

Para algunos de los derrotados, como el diputado Mier, la situación es complicada porque su carrera se ha basado en la más completa sumisión; ha pagado incluso un desgaste personal por sostener explicaciones inverosímiles y en los últimos días tragarse la amarga píldora que le suministró Selene Ávila, recordándole que el presupuesto se aprobaba sin apoyos etiquetados la Guerrero. Supongo que la pomada presidencial de que están luchando por ideales será suficiente para mantenerlo disciplinado. Un ideal apellidado Armenta.

Será interesante ver cómo legitimarán a Rocío Nahle, que llega con poco apoyo a pesar de todo el manto presidencial que la ha cubierto. La derrota del adanismo en Veracruz y en Tabasco lo llevará a niveles casi contemplativos y el amor fraterno que tanto proclamó tendrá que sublimarse. En la capital la propuesta de Claudia de proponer a García Harfuch ha resultado intransitable; queda la paradoja de que para un sector de Morena el más reconocido en las encuestas y por tanto el mejor candidato no gusta a los custodios de la fe. Brugada será candidata por la justificada paridad, pero quedó demostrado que en la lucha por el poder se usa todo, hasta el miniLic.

El bastón de mando lo tiene el proveedor. Esa es la realidad. A los suyos les garantiza cargos porque de eso se trata la política en la primera, segunda, tercera y cuarta transformación.

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