La irrupción del Covid-19 en el primer plano de nuestras vidas nos obliga a repensar cómo llevamos a cabo las actividades cotidianas.
El choque más inmediato es quizá el aislamiento, que nos demuestra lo inevitable que resulta transformar digitalmente nuestros lugares de trabajo, pero sobre todo la necesidad por fortalecer nuestras habilidades a través de la educación.
Todo esto se traduce en la evolución tecnológica de las empresas, necesaria para sobrevivir en un ecosistema altamente competitivo y globalizado.
En su informe, E-learning Trends 2019,la plataforma Docebo reveló que el mercado global de educación digital crecerá 10% en los siguientes tres años, con lo que alcanzaría ingresos de 286 millones de dólares. Con la emergencia del Covid-19 este pronóstico podría quedar corto, pues es probable que las cifras se incrementen ya que el aumento en algunos hábitos de consumo digital han sido de hasta cinco veces más.
Las empresas más innovadoras se están apalancando de esta tendencia para adelantarse a su competencia. Los tomadores de decisiones de dichas compañías tienen tres argumentos para apostar por la capacitación remota:
1. Optimización. Con pocos recursos y desde cualquier lugar mantienen actualizados y enganchados a sus colaboradores durante el aislamiento, sobre todo en una época de aceleración tecnológica.
2. Valoración. En México, la capacitación es la primera prestación que más valoran los profesionistas de una compañía, según Indeed.
3. Sustentabilidad. Un beneficio poco explorado pero de alto impacto es que la capacitación virtual consume 90% menos energía y reduce en 86% las emisiones de carbono por persona en comparación de sesiones 100% presenciales.
Pero no todas las capacitaciones en línea son igual de efectivas. Entre los análisis desarrollados por BEDU, la startup más grande de capacitación a empresas en México, el método más rentable es el conocido como blended.
La mayoría de la educación en línea se trata puramente de videos grabados (bajo demanda) que han demostrado ser una opción menos efectiva, pues 92% de quien lo inicia, deserta.
Para aprender no sólo se necesita un buen contenido en formato multimedia o audiovisual. La transferencia del aprendizaje se logra cuando se genera la discusión con expertos y compañeros. El aprendizaje blended ofrece precisamente un esquema mitad en línea y mitad presencial.
De esta manera, también puede llevarse en formatos digitales, siempre y cuando las sesiones de clases sean en vivo. A esto se le llama aprendizaje remoto síncrono, que permite interactuar en tiempo real con expertos y compañeros.
Las sesiones en vivo de clases con expertos permiten a los estudiantes recibir retroalimentación y resolver dudas al momento, por lo que el progreso de aprendizaje no sólo no se afecta, sino que se vuelve más enriquecedor en el instante.
Adicionalmente, estos formatos conectan al estudiante con un experto activo en la industria, por lo que se amplía la red de contactos, que a su vez contribuyen a abrir oportunidades de empleos o negocios.
Finalmente, las sesiones remotas en vivo son guiadas por expertos y se adaptan en cada clase al perfil de cada grupo, como si se tratara de una clase presencial, por lo que se pueden abordar ejemplos específicos y aterrizados a las necesidades de cada estudiante.
La crisis pasará y dejará a su paso nuevos modelos de trabajo y colaboración. Para navegar en el nuevo panorama con mayor fortaleza, la clave está en la tecnología y las personas que tengan la habilidad para dominarla.
Si quieres asesoría sobre qué contenido podrías aprovechar durante tu aislamiento, escríbeme a leon@bedu.org ¡Todos los mensajes los contesto!