Como cada cuatro años, los pesimistas profesionales en México auguraban una derrota del equipo nacional en el primer partido del mundial .

Como cada cuatro años desde 1998, el equipo mexicano se encargó de hacerlos quedar mal. Lewandowski , el delantero polaco que, de acuerdo con los fatalistas de siempre, iba a pisotear a la defensa mexicana, resultó borrado por el trabajo eficiente de Moreno, Montes y Álvarez.

Al final, Guillermo Ochoa se encargó de enviar un mensaje más a sus reventadores. El empate deja abierto el grupo y el mundial para México, pero sobre todo pone en perspectiva el pesado y chocante fatalismo de tantos, que parecen regodearse con la posibilidad del fracaso, o incluso desearlo. Yo no. Celebro que México haya dado un buen partido y esté vivo.

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@LeonKrauze

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