La próxima presidenta lo niega, pero son tiempos de tensión política. Ya como chiste, qué raro que sea la única que no lo haya notado. En fin… Semanas de luto para los derrotados opositores y de gozo para el oficialismo que repite sexenio. Resaltan los traidores. Un bando señala duramente al recién elegido senador Miguel Ángel Yunes Márquez, y a su padre y suplente, Miguel Ángel Yunes Linares, después de la escena que se montaron para votar a favor de la aprobación de Reforma al poder judicial la semana pasada. Un par de días antes, los ciudadanos que votaron por el PRD a José Sabino Herrera y Araceli Saucedo, se habían visto abandonados. Ambos senadores tuvieron la ocurrencia de mejor irse con sus nuevos amigos de Morena. La cara de estos cuatro circula en redes y se lee “traidores” en negrita y subrayado, retuiteada por la furia y el desencanto. ¿Por qué sorprenden sus acciones? ¿Por qué sorprende su traición? ¿Esperaban más de los Yunes? ¿Qué hacían los Yunes en el PAN todavía? ¿Por qué sorprende si en este país estar acusado de algún delito no necesariamente te cierra las puertas de nada? ¿Por qué sorprende si apoyan al presidente que le dio chamba a Bartlett? Yunes, padre e hijo, y hermnos y esposa han sido acusados e investigados por diversos delitos a nivel federal y local. Desde hace años y nada pasó, y ninguna puerta se les cerró, en todo caso la de la cárcel. Lo que sorprende es que muchos ciudadanos aún no reconocían sus rostros. Ni porque Yunes Linares fue gobernador en Veracruz. Lo que sorprende es que en seis meses o menos, en tres, ya no se hablará de ellos. Y ellos seguirán su vida, pero su vida política, que es la que nos importa o nos debería importar. Ahí está ya la foto de la visita del senador Yunesito a Claudia Sheinbaum y Adan Augusto. Ahí la invitación a Yunes a unirse a Morena. Paso a paso, traición a traición.
Mientras, el otro bando ve asomarse a algunos posibles traidores. Son pocos y son contados. No son senadores, cabe aclarar, ni su decisión hará pasar o no una iniciativa de ley, pero sí son abiertos apoyadores de Morena. ¿Quién quiere separarse del ganador? Ninguno, pienso. Nada más que este liderazgo no acepta críticas, no por fuerte sino por soberbio. Estos otros traidores cuestionan con el riesgo de también de ser señalados, de ser expulsados con cargo púbico asignado o sin él, con el riesgo que pocos se atreven a correr en el partido que a menudo ya parece una secta. La diferencia es que aquí el riesgo personal es mayor para el traidor. No se mira mucha potencia fuera de su bando. No se mira mucho rumbo. Y sí se mira el resentimiento con memoria.
Luego en la convulsión y en la locura se rescatan traidores de antaño, como el expresidente Zedillo, porque algo han de sumar al pleito de vecindad, pero si Bartlett sigue teniendo chamba…
En tiempos de tensión, tomar postura es indispensable. En tiempos de polarizción es importante recordar que no solo existen dos caminos. Al final, lo que nos recuerdan los traidores es que el otro lado existe y es viable, y ese no siempre cierra las puertas.
@LauraManzo