Solía yo bromear con aquello de las víctimas de la maestra Elba Esther cuando me topaba con alguien que habiendo terminado no solo la primaria, la secundaria, sino una carrera profesional, osaba escribir con faltas de ortografía. Ahora quizá pueda hacerlo con quienes serán las víctimas de Marx Arriaga. Una broma que da risa solo unos segundos antes de que la aplaste la fatalidad. Muchos actores de diferentes ámbitos han saltado con este tema de los libros de texto gratuito. Algo grave está ocurriendo más allá de la politiquería. Pero heroico Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, sale a defenderse diciendo que da su vida por la Nueva Educación Mexicana. ¿Alguien puede decirle que no la necesitamos?
Lo que necesitamos es matemáticas en las escuelas de educación básica. Por muchas razones, porque son la base de la capacidad para resolver problemas de diferentes ámbitos, porque fomentan la capacidad de razonar, porque permiten establecer relaciones entre diferentes conceptos y tener una comprensión más profunda. Pero también porque las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) no solo ya son los perfiles más requeridos por los empleadores, sino que también son las carreras del futuro mejor pagadas.
La Nueva Educación Mexicana o estos libros de texto gratuito reflejan, entre otras cosas, nuestro odio a las matemáticas. O, mejor dicho, el odio de la SEP por esta ciencia. Los mexicanos decimos odiar las matemáticas, pero quien nos ha hecho odiarlas es el sistema educativo. Las décadas de maestros poco preparados. La ineficiencia del gobierno. La irresponsabilidad y el valemadrismo de los gobernantes. Llámese Morena queriendo convencernos de que hubo un fraude electoral en 2006 y ocupado en que los libros lo resalten; llámese el PRI o el PAN y su amorío con Elba Esther Gordillo. No hemos entendido nada de la educación. La gran tragedia de México.
Las niñas suelen destacar en las matemáticas durante los primeros años de educación, así lo muestran, por ejemplo, los resultados de las pruebas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA), pero al pasar el tiempo esto se revierte. Y no por falta de capacidad sino porque al patriarcado no le gusta fomentar ingenieras ni científicas, ya que piensa que las mujeres somos menos inteligentes que los hombres. En la actualidad, en el país solo tres de cada diez profesionistas STEM son mujeres (IMCO).
El cambio tecnológico que ha puesto al frente a las profesiones STEM nos arrastrará sin piedad en tres, dos, uno… Perpetuando la brecha de ingresos entre hombres y mujeres, y hasta acrecentando la desigualdad, porque sin mujeres en STEM será mucho más complicado desarrollar sistemas automatizados sin sesgos. La lista de consecuencias de una educación deficiente la conocemos. Es la realidad, es el país en el que vivimos. La lista de consecuencias de una educación deficiente, sin perspectiva de género y confrontada por el mundo digital, será mucho más larga y compleja. ¿Alguien le puede avisar a Marx Arriaga?
Periodista. @LauraManzo