Dentro del cúmulo de desafíos económicos que la presente administración heredará a la siguiente, brilla el aliciente que el incremento en precios en agosto no solo estuvo debajo las expectativas, sino también pudiera causar una tendencia decreciente ante la eminente desaceleración de la economía y pudiera alentar más bajas en la tasa de referencia. Esta última fue recortada en 25 puntos base en el octavo mes del año, llevándola hasta 10.75% y pudiera llegar a 10.50% en septiembre, otra reducción de 25 puntos base.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Índice General de Precios disminuyó tras cinco meses seguidas al alza y la subyacente se mantuvo a la baja por 19 meses consecutivos.

Así la inflación interanual se moderó a 4.99% en el octavo mes del año, habiendo crecido en 0.1% en su registro frente al mes anterior, favorecida por la baja en los precios agropecuarios. Ello después de que la inflación registró un ascenso de 5.57% en julio pasado, el mayor observado desde mayo de 2023. La estimación que hace el Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac (IDEA) es que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registrará un nivel de 4.4% este año y la inflación subyacente cerrará en 4%. La meta inflacionaria del Banco de México, en general, solo podrá lograrse hasta el último trimestre de 2025.

Sin embargo, ¿cuál es el balance sexenal en materia de precios? En este ámbito las noticias no son tan buenas. La inflación creció 32.3% entre diciembre de 2018 y agosto de 2024, pero con incrementos superiores a 75% en frijol, huevo, aceite y azúcar, por ejemplo. El estado con mayor índice de pobreza, Oaxaca, fue el más afectado por la inflación en todo el sexenio (38.04%).

Esto tiene una interpretación económica en términos coloquiales de que la inflación agujeró el bolsillo de los mexicanos. La inflación fue la más alta en los últimos cuatro sexenios y, por producto, fue el frijol el que registró el mayor incremento del periodo referido con un alza de 76.24%. Otros bienes de la ingesta del mexicano experimentaron importantes incrementos: huevo, pasta para sopa, aceite comestible, con aumentos de 73%, 71.12% y 70.3%, respectivamente.

Además, pese al avance observado en la inflación general en el octavo mes del año, aún se está lejos de la meta establecida (3% +/- un punto porcentual). Y aunque la economía mexicana se encuentra debilitada, los riesgos inflacionarios aún están presentes. Una mayor presión podría venir de la inflación subyacente por la depreciación cambiaria. También las condiciones climatológicas y la inseguridad han hecho su parte en el crecimiento de precios; tal es el caso del aguacate y el limón por el aumento de los costos asociados.

Entre los riesgos internacionales está el agravamiento de las tensiones geopolíticas, por lo que el balance de riesgos de la trayectoria en precios aún está sesgado al alza. Además, la economía nacional enfrenta un entorno complejo e incierto por el impacto institucional tras las reformas del Plan C, y la misma autoridad monetaria ha llamado a fortalecer el Estado de derecho en el país.

Catedrática de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México

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